En este artículo, os proponemos una ruta del Barrio Gótico y el Born, los barrios más monumentales de la vieja Barcelona. Veremos que buena parte de la arquitectura de esta zona (e incluso el propio nombre de barrio gótico) es mucho más moderna de lo que mucha gente piensa.
Hasta el s. XIX, Barcelona ocupaba básicamente lo que hoy se conoce como Ciutat Vella. De Sur a Norte: el Raval, barrio gótico, el Born y la Ciudadela; y, en una península que se adentra en el mar, la Barceloneta.
En esta zona se encuentran los edificios más antiguos de Barcelona, el representativo gótico (parte original, pero también mucho construido en los últimos 150 años), otros barrocos, e incluso la primera obra de Gaudí.
Las antiguas calles del barrio gótico, tan estrechas y altas que es casi todo sombra, tienen mucho encanto y son el contrapunto a las amplias plazas y calles comerciales en las que desembocan.
La creación del Barrio Gótico
El barrio gótico de Barcelona, uno de los símbolos de la ciudad, es en realidad mucho menos gótico y más neo de lo que parece.
Quizás por eso tiene tanto éxito turístico: gran parte de lo que hoy vemos es en realidad el resultado de rodear los verdaderos edificios medievales que quedaban en el s. XIX con recreaciones académicas del gótico catalán arquetípico.
En toda Europa Occidental, en los s. XVII-XVIII el gótico se consideraba un estilo anticuado y poco elegante. Por ello, muchos edificios medievales fueron sustituidos o reformados en el estilo barroco de la época, como, por ejemplo, la Llotja de Mar.
Pero a mediados del s. XIX todo cambió: la Edad Media y, por tanto, el estilo gótico se puso de moda en buena parte de Europa, en especial en Francia, donde Viollet-le-Duc realizó grandes reconstrucciones, siendo la más famosa probablemente la de la ciudadela de Carcasona.
En Cataluña también fue así y, de hecho, el gótico fue elevado a la categoría del estilo más puramente catalán, con una cierta connotación nacionalista. Así, la vieja Barcelona debía ser reinterpretada en clave gótica y por fin se construyó la fachada de la Catedral de Barcelona, que llevaba tres siglos esperando.
Por otra parte, Barcelona se estaba haciendo rica. La pujante industria textil catalana impulsó a una burguesía cada vez más refinada que deseaba tener una ciudad con mayores comodidades e infraestructura, calles más anchas y racionales; pero a la vez con un centro histórico armonioso y reconocible.
Así, se construyó la Via Laietana para conectar el Eixample con el Puerto. Esta avenida destruyó todos los edificios que se encontraban a su paso, algunos verdaderamente antiguos pero que se consideró de poco valor. Otros se trasladaron al remozado Barrio Gótico. Ahora, la Via Laietana separa el Barrio Gótico del Born.
El barrio de la Catedral cambió su nombre a barrio gótico, su trazado fue reorganizado más racionalmente y se medievalizó: se eliminaron elementos posteriores de sus edificios, se introdujeron elementos medievales en otros y también se construyeron muchos edificios nuevos de estilo gótico.
Este proceso se realizó después de un exhaustivo estudio de las formas típicas del gótico catalán, que identificó una serie de elementos característicos y únicos como las ventanas coronelles, típicas de los palacios de las familias nobles. En Barcelona ya no quedaba ninguna, así que hubo que inventárselas de nuevo.
Además, se reutilizaron muchos materiales de los verdaderos edificios medievales demolidos por la construcción de la Via Laietana en los nuevos edificios medievales.
Por tanto, solo algunos edificios del barrio gótico de Barcelona es verdaderamente gótico, pero casi todos los demás dan el pego al turista incauto. Lo que en su momento fue símbolo de la nueva burguesía está ahora más cerca de ser un parque temático medieval. Al menos, dentro del parque, sigue habiendo un verdadero e interesante gótico.
Ahora vamos a conocer los lugares más representativos del barrio gótico de Barcelona y el Born, tanto los verdaderamente góticos como los que tienen menos de 150 años.
Cómo llegar al Barrio Gótico de Barcelona
La Ciutat Vella se puede recorrer fácilmente a pie. De la Ciudadela al final del Raval hay unos 30 minutos andando, y de la Plaça Catalunya a Colón, unos 15.
Cuenta con un día entero para visitar todos los lugares que ahora te contamos.
Puedes llegar fácilmente al centro de Barcelona en metro:
- Jaume I (L4), está en la Plaza del Ángel, muy cerca de la Plaza del Rey y la Catedral.
- Liceu (L3), en pleno centro de La Rambla y Drassanes (L3) al final de La Rambla, muy cerca de Colón.
- Urquinaona (L1 y L4), donde acaba el centro en Via Laietana.
- Universitat (L1 y L2), donde acaba el Raval.
Hay muchas líneas de autobús que te dejan cerca del centro. Las estaciones de metro (y los autobuses) se encuentran en los extremos de la ciudad vieja y en sus dos calles anchas: Via Laietana y La Rambla.
Ruta por el Barrio Gótico y el Born
Plaza del Rey
La Plaza del Rey (Plaça del Rei) es uno de los espacios más emblemáticos del barrio gótico de Barcelona, aunque curiosamente suele haber mucha menos gente que en sus alrededores.
En esta plaza se encuentran varios edificios que formaban parte del Palacio Real Mayor (Palau Reial Major) de Barcelona, la residencia de los Condes de Barcelona y posteriormente de los Reyes de Aragón en la ciudad.
El Palacio era un conjunto mucho más grande, pero solo se han conservado unos pocos edificios, que han sido bastante transformados.
El Salón del Tinell, es el edificio más grande, sobre el que se levanta una torre. Era la sala de ceremonias del palacio. Las ventanas de aspecto gótico son un añadido de finales del s. XIX. La escalera de entrada también fue transformada por entonces buscando una mayor monumentalidad.
A la derecha del Tinell se encuentra la Capilla de Santa Ágata, que Jaime II de Aragón mandó construir en 1302 como parte del palacio.
Esta se construyó sobre la antigua muralla romana, como se puede apreciar claramente desde el lado opuesto (Plaça de Ramon Berenguer el Gran), desde la reordenación del Barrio Gótico.
A la izquierda del Tinell, se levanta el Palacio de Lloctinent. Cierra la plaza la Casa Padellàs, edificio gótico de transición al renacimiento que nada tiene que ver con el Palacio. En 1931 se trasladó piedra por piedra desde su ubicación original en Carrer dels Mercaders por la apertura de la Via Laietana.
En la Plaza del Rey, sustituyó a unas casas “de menor interés arquitectónico” que fueron demolidas.
Catedral de Barcelona (La Seu)
La Catedral de Barcelona (oficialmente Catedral de la Santa Creu i Santa Eulàlia, conocida también como la Seu) comenzó a construirse en 1298 sobre la antigua catedral románica, en el mismo sitio que hubo una basílica paleocristiana. La Catedral tiene un claustro cerrado adosado a ella.
Hacia mediados del s. XV, la construcción estaba casi terminada, pero le faltaba la fachada. Aunque ya estaba proyectada, lo cierto es que la Seu se quedó sin fachada durante más de 400 años.
En 1882 se convocó un concurso para terminar la fachada de la Catedral. La moderna y pujante Barcelona iba a organizar la Exposición Universal en 1888 y no podía tener a su Catedral en semejante estado.
Ya en 1913, se construyó el cimborrio que remata la fachada que vemos hoy en día.
Entrar a la Catedral de Barcelona cuesta 9€. Parece un precio demasiado elevado para visitar una catedral que, aunque interesante, no está a la altura de las grandes catedrales góticas de España. En ocasiones, se puede entrar gratis por la puerta lateral.
Puente del Obispo (Pont del Bisbe)
El Puente del Obispo es el mayor exponente del falso gótico de Barcelona.
Fue construido en 1928 por Joan Rubió, discípulo de Gaudí.
El puente une la Casa de los Canónigos (dels Canonges) con el Palau de la Generalitat por la estrecha calle del Obispo, a pocos metros del claustro de la Catedral.
Este puente era solo una pequeña parte de un plan de Rubió para medievalizar el centro de Barcelona, que no pudo llevar a cabo.
El detalle más buscado del puente es la calavera atravesada por una espada en su parte inferior.
Nadie sabe realmente qué quiso decir Rubió con ella, así que puedes montarte tu propia película: cuestiones filosóficas sobre la vida y la muerte, enfado con las autoridades municipales por lo dejarle ejecutar su gran proyecto para el centro de Barcelona… ¿Quién sabe?
Plaça Sant Jaume
El carrer del Bisbe desemboca en la Plaça Sant Jaume. Esta plaza se encuentra en el centro de la antigua Barcelona, también de la Barcino romana.
La plaza recibe su nombre de la antigua iglesia de Sant Jaume, trasladada unos 200 m a la calle Ferran para construir la plaza en 1823.
Así, se abrió una plaza para poner frente a frente a los dos edificios (ya existentes) que forman el corazón político de Barcelona: a un lado, el Ayuntamiento o Casa de la Ciudad y, enfrente, el Palau de la Generalitat, sede del gobierno catalán, construido en los s. XIV-XV, con fachada recacentista añadida en 1596.
Basílica de la Mercé
La Basílica de la Mercé es una de las iglesias más importantes para los barceloneses, ya que aloja la imagen de la Virgen de la Merced (la Mercé), patrona de la ciudad.
Por eso, tanto el FC Barcelona como el RCD Espanyol acuden a esta basílica a presentarle una ofrenda floral a la virgen cuando consiguen algún éxito.
La basílica se encuentra en el extremo del Barrio Gótico más cercano al mar, en una bonita plaza. El edificio actual data del s. XVIII, construido en estilo barroco italiano, poco común en Barcelona.
Merece la pena visitar su interior (la entrada es gratuita), con una suntuosa decoración rococó, con mármoles y recubrimientos de oro.
La imagen de la virgen (la Mare de Déu de la Mercè) es una valiosa escultura de madera de 1361.
El Born
Al Norte de la Via Laietana se encuentra el barrio del Born, que desemboca en la desaparecida Ciudadela (ahora Parc de la Ciutadella).
El Born tiene un patrimonio histórico interesante además de buenos museos, destacando el Museo Picasso.
En comparación con el barrio gótico, no es tan turístico, y por tanto una zona mejor para tapear, tomar unas cañas o comer en un restaurante más elegante.
El Passeig del Born es la calle más reconocible del barrio, pero merece la pena caminar sin rumbo por las elegantes calles del barrio.
Basílica de Santa María del Mar
Mención aparte en el El Born merece la Basílica de Santa María del Mar, el mejor ejemplo del gótico catalán en Barcelona.
Al menos en España, esta basílica es más famosa que la mismísima Catedral de Barcelona, por su elegancia y autenticidad, pero también por la novela histórica La Catedral del Mar, de Ildefonso Falcones. Están emitiendo una serie basada en la novela, así que es de esperar que se ponga aún más de moda.
La Basílica de Santa María del Mar se construyó en apenas 54 años en el s. XIV, y gracias a ello tiene una gran coherencia en su estilo.
El interior es algo austero, pero elegante. No te pierdas las vidrieras. Algunas de ellas, al igual que el altar barroco, se destruyeron después de un incendio al inicio de la Guerra Civil Española.
La entrada cuesta 5€ (por otros 5€ puedes subir a las torres y la terraza), aunque si vas después de una misa, como el domingo por la mañana puedes entrar gratuitamente.
La Rambla
Probablemente la calle más famosa de Barcelona, La Rambla se extiende en poco más de 1 km desde la Plaça Catalunya hasta el puerto antiguo. Corta así la vieja Barcelona, dejando a su izquierda (al noreste) el Barrio Gótico y el Born y a su derecha el Raval.
En cada extremo de la Rambla hay un lugar representativo de Barcelona: al inicio, la Fuente de Canaletes, y al final, la monumental estatua de Colón.
La Rambla tiene sus orígenes en un antiguo arroyo (riera d’en Malla) que desembocaba en el mar (de ahí su nombre), cuyo curso fue desviado en el s. XV cuando se construyó la muralla del Raval.
Se construyeron entonces numerosos conventos que desaparecieron tras su quema y la desamortización de Mendizábal en 1835.
Por tanto, su arquitectura actual data fundamentalmente de los siglos XIX y XX.
En La Rambla se encuentran algunos de los edificios más representativos de Barcelona, además de otros palacetes muy pintorescos y sus famosísimas tiendas de flores.
Aquí está El Liceu, símbolo cultural de Barcelona y Cataluña. Inaugurado en 1849, es el teatro en activo más antiguo de Barcelona y una de las óperas más importantes del mundo.
Cerca del Liceu se encuentra el Mercado de la Boquería, el más famoso de Barcelona. Es un sitio típico para tapear, aunque probablemente sea ya demasiado turístico, es decir, demasiado caro para lo que ofrece. Merece la pena entrar a curiosear aunque no quieras tomar nada.
No te pierdas el Palacio de la Virreina, uno de los edificios barrocos más interesantes de Barcelona. Su nombre se debe a que lo mandó construir el barcelonés Manuel Amat, que volvió a la ciudad tras haber sido Virrey del Perú con una gran fortuna. Murió pocos años después y fue entonces ocupado por su viuda, “la virreina”.
A pocos metros de la Rambla se encuentra el Palau Güell, la segunda gran obra de Antoni Gaudí, del que hablaremos en nuestro artículo del modernismo en Barcelona.
El Raval
Para completar la visita del centro de Barcelona, hay que cruzar la Rambla para adentrarse en el barrio del Raval, nacido en el s. XV cuando se ampliaron las murallas medievales de una Barcelona en crecimiento.
El Raval ha tenido históricamente una importante comunidad gitana, y de él surgió la rumba catalana. Hoy en día es el barrio más multicultural de Barcelona (más de la mitad de su población ha nacido en el extranjero) y el lugar de cultura y ambiente más alternativos.
La Rambla del Raval es una de las calles principales del barrio.
En ella se encuentra el simpático Gato de Fernando Botero, el famoso escultor y pintor colombiano.
La continuación de la Rambla del Raval, Av. Drassanes, acaba confluyendo con La Rambla “a secas” en la estatua de Colón, frente al mar Mediterráneo.
Colón
La estatua de Colón no es gótica, ni lo parece, pero nos pilla de paso, así que debemos hablar de ella.
El monumento a Colón se inauguró durante la Exposición Universal de Barcelona de 1888. Pronto se convirtió en uno de los monumentos más representativos de la ciudad.
La base circular de la columna tiene estatuas alegóricas de Cataluña, Aragón, Castilla y León, así como otras que representan a diversos personajes que ayudaron a Colón en su viaje a América.
Encima de esta se alza la columna de hierro de 57 metros de altura, con carabelas y famas aladas que ofrecen coronas a Colón.
En lo alto de la columna, Colón, de bronce, extiende su dedo señalando al mar (no a América, como se dice a veces, sino en dirección contraria).
Desde la estatua de Colón transcurre de forma paralela al mar, el Paseo de Colón.
Aquí se levantaba la antigua muralla del mar, que fue demolida para construir en su lugar este paseo monumental de cara a la Exposición Universal de 1888.
Con esto termina la visita a la ciudad vieja de Barcelona. Es un recorrido con lugares muy interesantes por sí mismos o por lo que nos enseñan de cómo se va dando forma a las ciudades y cambiando el significado de sus lugares.
Pero lo que verdaderamente ha hecho de Barcelona un destino turístico tan popular en el mundo es sin duda el modernismo, y en particular, los muy originales edificios de Antoni Gaudí. De ellos hablaremos en nuestro próximo artículo: la ruta del modernismo en Barcelona.
Pingback: Barcelona: Gaudí y la ruta del modernismo - Drive me Foody