La Zona Arqueológica de Monte Albán es una de las más interesantes de todo México y un lugar que no te puedes perder en Oaxaca.
Monte Albán es Patrimonio Mundial UNESCO desde 1987, junto con el centro histórico de Oaxaca y es razón suficiente para ir a Oaxaca (y hay muchas más, como te contamos en este artículo sobre la ciudad de Oaxaca).
Por eso, después de pasar 2 días completos en la capital del Estado de Oaxaca, alquilamos un coche para ver sus alrededores y comenzamos por la joya de la corona: Monte Albán.
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Breve historia de Monte Albán
Situada en una ubicación privilegiada en lo alto de una colina que domina los Valles Centrales de Oaxaca, Monte Albán estuvo habitada desde el s. VII a.C. y fue una de las primeras civilizaciones urbanas de toda Mesoamérica. Monte Albán funcionó como capital de la civilización zapoteca hasta su declive en el s. VIII.
La primera época de la ciudad se conoce como Monte Albán I, y de ella quedan algunos vestigios y, sobre todo, los enigmáticos relieves de Los Danzantes.
Monte Albán ya era una ciudad con edificios de piedra orientados a los puntos cardinales, un buen conocimiento del calendario, el sistema numérico y la escritura y una religión organizada. Sus edificios nunca fueron altos, y tenían muros robustos, para una buena protección antisísmica.
Los edificios de esta primera época tenían paredes (y escaleras) casi verticales. Algunos muros de templos tenían piedras con grabados de figuras humanas (como Los Danzantes), números y escritura. Había ya una cierta influencia olmeca.
En la fase Monte Albán II (s. III a.C. – II d.C.) el estilo arquitectónico no cambió mucho, aparecieron nuevos tipos de edificios (el más representativo es el Edificio J) y llegó la influencia de gentes de Chiapas. Se levantaron grandes estelas y aparecen los primeros xicalcoliuhqui (motivo decorativo de serpiente estilizada similar a las grecas).
Hacia el final de esta fase II, llegó a Monte Albán la influencia de Teotihuacán, la gran civilización del Valle de México. De hecho, existía un barrio zapoteca en Teotihuacán. Los teotihuacanos trajeron un nuevo estilo arquitectónico a Monte Albán, y su gran innovación: la construcción tipo talud-tablero.
Desde el año 350, la influencia de Teotihuacán se hizo totalmente dominante. Esta fase se conoce como Monte Albán IIIA, y apenas se realizaron nuevas edificaciones. Lo que sí había era muchísima cerámica teotihuacana, o de manufactura local, imitando esta.
Parece que Monte Albán y Teotihuacán establecieron una alianza política y comercial en esta época, aunque algunos sostienen la teoría de que los teotihuacanos ocuparon la ciudad de Monte Albán.
Hacia el año 500 estas relaciones entre Teotihuacán y Monte Albán se suspendieron. Esto produjo un resurgimiento de la cultura zapoteca, sin apenas influencias exteriores.
Esta época se conoce como Fase Xoo o época IIIB y fue la de mayor esplendor de Monte Albán y de ella datan la mayoría de las construcciones que podemos ver en la Zona Arqueológica de Monte Albán. La ciudad llegó a tener unos 35000 habitantes.
Hacia el año 750 comenzó el abrupto declive de Monte Albán (fase IV). Las construcciones dejaron de renovarse y la ciudad se fue abandonando, aunque continuó siendo utilizada como centro ritual hasta la conquista española en 1521.
La última etapa arqueológica (Monte Albán V) se identifica con el dominio mixteca del Valle de Oaxaca a partir del s. XIII, que se refleja en ciudades como Mitla.
De esta última época data el Tesoro de la Tumba 7 de Monte Albán, quizás el más rico que se ha encontrado en Mesoamérica. Se encuentra expuesto en el Museo de los Orígenes (en el antiguo Monasterio de Santo Domingo de Guzmán) de Oaxaca.
Cómo llegar a Monte Albán
Monte Albán se encuentra a 7 km al Suroeste del centro de Oaxaca de Juárez, la hermosa capital del Estado de Oaxaca. Se tardan unos 30 minutos en coche, ya que suele haber bastante tráfico para salir de Oaxaca capital y la carretera para llegar a la zona arqueológica es sinuosa.
También puedes llegar a Monte Albán en uno de los autobuses turísticos que salen del centro de Oaxaca (cerca del Mercado Benito Juárez).
Horarios y Precios de la Zona Arqueológica de Monte Albán
La Zona Arqueológica de Monte Albán abre los 365 días del año de 8 a 17h.
No obstante, mientras dure la pandemia de COVID-19, el aforo está reducido a 400 personas al día y el horario es de 10h a 16h. Debido a la restricción de aforo tan fuerte, es muy recomendable llegar antes de las 10h para asegurarte de que podrás visitar la zona arqueológica de Monte Albán.
Se recomienda consultar el horario en la página web oficial del Instituto Nacional de Arqueología e Historia (INAH): inah.gob.mx.
El precio de la entrada es de 80 pesos (3,40 €).
Visita a Monte Albán
La visita a la Zona Arqueológica de Monte Albán transcurre por un recorrido señalizado bastante lógico y casi circular. Monte Albán es además la zona arqueológica con mejores carteles explicativos de todas las que visitamos en México. Cuenta con 3 horas para visitar Monte Albán.
Cerca de la la entrada al yacimiento, antes de subir, se encuentra la tumba 104 (Monte Albán III, 250-500 d.C.). Se puede ver una reproducción del interior de la tumba 104 en el Museo Nacional de Antropología de Ciudad de México.
Está decorada con extraordinarios frescos y contiene una urna de Cocijo (dios de la lluvia) y otros objetos cerámicos. Un tesoro muy sencillo comparado con la suntuosidad del de la tumba 7, del Posclásico (s. XIII-XV), expuesto en el Museo de las Culturas de Oaxaca.
A la entrada también hay algunas obras hidráulicas. Subiendo una cuesta se llega a la entrada al centro político y ceremonial de Monte Albán. Este se organiza en torno a dos grandes plataformas (Norte y Sur) y a la impresionante Gran Plaza, en la que se encuentran los edificios más interesantes.
Monte Albán domina un amplio valle desde su privilegiada posición. En otros tiempos, en esas laderas se cultivaba maíz en terrazas.
Plataforma Norte
La visita al centro de la ciudad de Monte Albán comienza en la Plataforma Norte. Es buena idea empezar por ella porque no es tan espectacular como lo que verás más adelante, en parte porque los edificios están en peor estado de conservación. En cualquier caso, tiene varias cosas interesantes.
Primero se llega al Palacio del Ocote, del cual apenas se conservan los cimientos (300-600 d.C.). Era un gran conjunto residencial, de los más exclusivos de la Plataforma Norte.
Más interesante es la Plataforma Enjoyada, la única adosada a la gran Plataforma Norte. Recibe su nombre por la decoración de tableros con adornos circulares (originalmente pintados de rojo). Estos adornos solo existen en otros dos edificios de Monte Albán.
El Edificio A es uno de los mejor conservados de la Plataforma Norte. Se trata del basamento de un templo, como muchos otros edificios que hoy vemos. Data de las épocas IIIB – IV (500-800) y es uno de los pocos edificios de Monte Albán sin construcciones de épocas anteriores.
El Edificio E es probablemente uno de los más grandes de la Plataforma Norte, pero no está muy bien conservado y no ha sido nada reconstruido.
Fíjate en la estela que hay en el centro de la parte superior de su escalinata. Data de la época de declive de Monte Albán (hacia el 800) y representa a cinco individuos de la clase gobernante, cuatro de los cuales son mujeres.
En el centro, mujer de avanzada edad y un hombre más joven representado por un jaguar realizan un rito, probablemente relacionado con la transferencia de poder.
Patio Hundido
Hacia el extremo de la Plataforma Norte que da a la Gran Plaza se encuentra el Patio Hundido, un espacio de unos 50 metros de lado construido a más de 4 metros de profundidad. Su última etapa constructiva se sitúa en el periodo III B-IV (500-800 d.C.).
Sus escaleras y construcciones están alineadas con los puntos cardinales. En el centro del patio hay un altar. Por esto y por su ubicación semioculta se cree que la función del Patio Hundido era la de escenario de ceremonias y ritos de algún grupo privilegiado.
En su lado Sur se encuentra la escalera más amplia. Esta lleva a una doble columnata (de la que quedan restos). Tras ella, se encuentra la escalera monumental por la que se baja a la Gran Plaza.
Gran Plaza
La Gran Plaza es el corazón del centro ceremonial de Monte Albán. Se trata en un gran espacio construido en una depresión del terreno de unos 300 metros de largo y 150 de ancho. El terreno se niveló, incorporando algunas rocas a los cimientos del edificio
La Gran Plaza alberga varios edificios monumentales en cada uno de sus lados, además de 4 edificios en el centro del espacio. Muchos de estos edificios pudieron tener un doble uso residencial y administrativo o ceremonial.
Los lados cortos de la Gran Plaza están delitimados por las Plataformas Norte y Sur. Antes de bajar a la Gran Plaza, tómate tu tiempo para admirar la monumentalidad del conjunto desde lo alto.
El espacio en realidad no es tan simétrico como parece. Debido a la orografía del terreno, las Plataformas Norte y Sur no están alineadas y el lado oeste es más largo que el este: para compensarlo los edificios de ese lado están precedidos por construcciones con patio más pequeñas, que aportan una sensación de simetría.
La visita de la Gran Plaza se realiza primero por el lado Oeste (a la derecha de la escalinata de acceso) y después por el Este.
En primer lugar, podrás ver algunas estelas. La mejor conservada es la Estela 9. Está grabada por los cuatro lados y tiene una estética muy similar a la de las estelas mayas.
El lado Norte (abajo) es el más vistoso. Muestra a dos personajes, uno de ellos hablándole al otro, junto con una exposición narrativa del evento político representado.
La otra estela interesante es la Estela 18. Es de las más antiguas de Monte Albán (época II, 100 a.C. – 350 d.C.).
Parece que era una especie de reloj de sol para indicar el mediodía local y determinar los dos días del cénit (cuando el Sol se encuentra en posición aprente totalmente vertical y no proyecta sombra alguna, lo que solo sucede entre los trópicos).
Sistema IV y Sistema M
Al lado de la Estela 18, en el lado Este se encuentra el Sistema IV. Se trata de un conjunto ceremonial (templo, patio y adoratorio) gemelo del Sistema M, que está en el otro extremo del lado Este de la Gran Plaza.
La construcción actual data de la época IIIB-IV, con estructura talud-tablero y decoración de doble escapulario. Pero dentro del edificio hay una gran plataforma de la época I y un templo de la época II de Monte Albán.
Entre el Sistema IV y el Sistema M se encuentra el edificio de Los Danzantes.
En el centro de la Gran Plaza hay un conjunto de tres edificios adosados: los Edificios G, H e I. Son tres grandes plataformas con templos, dispuestas de forma simétrica (el Edificio H, en el centro, es el más grande).
La estructura de estos tres templos reproduce la de los oratorios del resto de edificios ceremoniales de Monte Albán, pero a una escala mucho mayor. Lo que vemos hoy se construyó durante la época IIIB. Justo al Sur de los Edificios G, H e I se encuentra el Edificio J, el observatorio más importante de Monte Albán.
Los Danzantes
El conjunto de relieves de Los Danzantes es una de las manifestaciones artísticas más reconocidas del México prehispánico y un símbolo de Monte Albán.
Los Danzantes se remontan a la primera época de Monte Albán (500 – 100 a.C.) y representan personajes masculinos desnudos de nariz ancha y labios gruesos, muy similares al estilo olmeca, que portan adornos personales.
Estas piedras grabadas se encuentran en el conocido como Edificio de Los Danzantes, entre los dos sistemas gemelos M y IV. Estas estelas formaban parte de los muros del edificio. Algunas fueron reutilizadas siglos después. Las más vistosas son las de la Galería de los Danzantes, una serie de lápidas ordenadas en el suelo al lado del edificio.
¿Pero quiénes eran estos “danzantes”?
Por la postura de su cuerpo, en un principio se les denominó “danzantes” (y “nadadores” a los que están en posición horizontal). Sin embargo, las últimas investigaciones apuntan a una simbología muy diferente: se trataría de dirigentes de pueblos vecinos enemigos capturados y sacrificados en Monte Albán.
Los relieves sugieren un simbolismo de la castración de estos personajes para obtener su sangre más preciada y ofrendársela a los dioses. En algunas piedras, se grabaron además glifos con fechas que narran acontecimientos históricos de la época.
Observatorio (Edificio J)
Al sur del conjunto de los Edificios G, H e I se encuentra el Edificio J, que se piensa era el observatorio principal de Monte Albán.
Este observatorio se construyó en la época II (100 a.C. – 350 d.C.) y está orientado en diagonal a la Gran Plaza, con su escalinata principal mirando al nordeste.
No te pierdas las lápidas de conquista, piedras grabadas que conforman uno de los muros del observatorio.
En cada una de estas lápidas se representa el glifo de Monte Albán y una cabeza o cuerpo invertido, que representa a los pueblos vencidos por el poderoso ejército de Monte Albán.
Después de ver el Observatorio, puedes subir a la Plataforma Sur. Pero de momento, vamos a continuar por el lado Este de la Gran Plaza. En primer lugar, se encuentra el Montículo Q, un basamento piramidal de las épocas IIIB-IV, de los más sencillos del centro ceremonial de Monte Albán.
El Palacio
El Palacio es uno de los edificios más importantes de la Gran Plaza. Domina el lado Este, justo enfrente del Observatorio.
El Palacio se construyó entre los años 350 y 800 y parece estar relacionado con los nobles o sacerdotes de Monte Albán. El acceso al edificio se realiza a través de un pasillo estrecho (“entrada ciega”), lo que revela el carácter exclusivo del Palacio.
Por debajo del Palacio hay un túnel, quizás un acceso privado a la Gran Plaza. Aunque solo se conserva la gran escalinata y parte del muro principal, nos podemos hacer una idea de la grandiosidad de este palacio.
Continuando hacia el norte se encuentra el Edificio P, una plataforma sobre la que había un templo. Es el único edificio de Monte Albán con una cámara de luz en un lado de la escalinata. Parece ser que gracias a ella se registraba el paso cenital del Sol, que en Monte Albán ocurre a principios de mayo y a principios de agosto.
Por último, el Edificio II es el más cercano al Juego de Pelota y la Plataforma Norte.
En la época II (100 a.C. – 350 d.C.), antes de la llegada de los teotihuacanos, se construyó aquí una plataforma alta y un templo con columnas rectangulares. Un subterráneo conducía a un adoratorio en su interior.
El edificio se amplió en la época IIIB (a partir del 500) y se añadieron unas cornisas con decoración de doble escapulario.
Plataforma Sur
La monumental escalinata de la Plataforma Sur cierra la Gran Plaza. En la base de la plataforma se encontraron algunas ofrendas y se conservan las grandes lápidas que ocupan sus cuatro esquinas.
La Plataforma Sur aún no ha sido totalmente excavada. Si tienes fuerzas para subir, podrás ver el Edificio 7 Venado. En realidad, es un conjunto de cuatro edificios orientados a los puntos cardinales alrededor de un patio central.
Juego de Pelota Grande
En el extremo nororiental de la Gran Plaza se encuentra el campo de juego de pelota principal de Monte Albán. En toda la ciudad, se han encontrado cinco campos de juego, lo que demuestra su importancia social.
Este estadio se construyó hacia el año 100 a.C. y tiene unas dimensiones muy pequeñas comparadas con los campos de juego de pelota en otras ciudades mexicanas.
El juego de pelota de Monte Albán no tiene aros, ese elemento que mucha gente tiene por característico del juego. En realidad, fue una innovación posterior en el juego. Sin embargo, en el centro del terreno de juego hay un disco de piedra, que se cree que servía para anotar puntos (aunque no se ha conservado ningún reglamento…)
Cuando se habla del juego de pelota mesoamericano se tiende a destacar en demasía el tema de los sacrificios humanos. Esto ocurría en los partidos rituales vinculados a festivales religiosos, y no está claro si era así en todas las ciudades. Pero el juego de pelota era mucho más que eso.
El juego de pelota bien pudo ser el primer deporte de masas de la historia de la humanidad. Era muy popular en una extensa área, en ciudades de diferentes culturas. Se utilizaba para resolver conflictos, como pasatiempo y además, como juego ritual.
La pelota de hule en movimiento (cuyos rebotes tanto impresionaron a los europeos) representaba a los astros sagrados: el Sol, la Luna y Venus. Los ganadores del juego eran protegidos por los dioses.
Los muros inclinados estaban recubiertos de cal para crear una superficie pulida sobre la que rebotaba la pelota. Los jugadores solo podían golpear la pelota con cadera, codos y rodillas.
Con el juego de pelota finaliza la visita a Monte Albán. Después, puedes visitar el pequeño museo a la entrada de la zona arqueológica. Nostoros no pudimos hacerlo, ya que los museos de casi todas las zonas arqueológicas de México se encontraban cerrados a causa de la pandemia.
Así que salimos en coche rumbo a otra impresionante zona arqueológica (aunque mucho más pequeña): Mitla.
Otras zonas arqueológicas cerca de Oaxaca de Juárez son: Yagul, Zaachila y Lambityeco. Yagul es la más interesante, además de Mitla, pero durante la pandemia no es posible visitar ambas en el mismo día, ya que los días que abre Mitla, cierra Yagul. Las otras dos zonas permanecen cerradas a causa de la pandemia.
