El Castillo de Manzanares el Real es una de las joyas del gótico tardío o isabelino en España, un estilo único con elementos de las tradiciones castellana, flamenca y mudéjar, con un poco de influencia italiana. Esta fue una época a caballo entre la Edad Media y el Renacimiento, en arte y cultura.
El castillo se encuentra en un maravilloso entorno natural a los pies de la Sierra de Madrid.
Diego Hurtado de Mendoza, I Duque del Infantado, fue quien, a mediados del s. XV, ordenó iniciar la construcción del nuevo Castillo de Manzanares el Real.
Su hijo Íñigo prosiguió con el proyecto y contrató a Juan Guas, arquitecto de los Reyes Católicos y uno de los máximos exponentes del gótico isabelino.
La familia Mendoza era de las más importantes de la época. El Duque del Infantado era hermano del famoso Cardenal Mendoza, que ocupó importantes puestos políticos y eclesiásticos. Participaron en la toma de Granada y fueron grandes valedores de Colón en su búsqueda de financiación.
En Manzanares el Real ya había un castillo, ahora llamado castillo viejo, pero el Duque quiso construir uno nuevo, aprovechando materiales del viejo. De este siguen quedando las ruinas, al otro lado del río Manzanares.
Este nuevo castillo estaba ya a las puertas del humanismo renacentista: era castillo defensivo en su estructura y palacio señorial en sus adornos y su interior, con grandes salones, biblioteca, zonas de baile y fiesta y miradores palaciegos.
Diego Hurtado de Mendoza pudo disfrutar de su nuevo castillo, en el que murió en 1497.
Aunque su hijo Íñigo terminó la obra, poco después decidió trasladar la sede principal de la familia a Guadalajara, donde construyó el famoso Palacio del Infantado, al que recuerda mucho la arquitectura del castillo de Manzanares el Real.
El Castillo de Manzanares el Real tuvo una corta vida, pues la familia Mendoza lo abandonó hacia 1530. Los castillos ya no tenían sentido con las nuevas tecnologías de guerra.
Después de siglos de abandono y deterioro, en 1919 y 1965 se ejecutaron dos grandes obras de restauración del Castillo de Manzanares el Real que lograron restituir gran parte del esplendor original del edificio, aunque la gran mayoría de la decoración original se había perdido definitivamente.
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Cómo llegar
Manzanares el Real es un pueblo de unos 8500 habitantes en la Comunidad de Madrid. Se encuentra unos 50 km al Norte de Madrid capital.
Para llegar desde Madrid, toma la M-607 (Carretera de Colmenar) desde el Nudo de Manoteras en el Norte de la ciudad y una vez pasado Colmenar Viejo, toma la M-609 y luego la M-608. Se tarda unos 40 minutos sin tráfico.
En transporte público: desde Madrid, toma el autobús interurbano 724 que sale de Plaza de Castilla (adonde puedes llegar en Metro, líneas 1, 9 y 10 o en múltiples autobuses urbanos). Bájate en la parada “Fuente de las Ermitas”, en la carretera, a 300 metros del castillo.
De lunes a viernes, hay un autobús cada 30 minutos (cada 15 min de 8 a 9:30 y de 14:00 a 15:30). Los fines de semana la frecuencia es bastane menor (cada 45-50 min). Puedes consultar los horarios en este enlace.
El castillo se encuentra muy cerca de la carretera M-608 y a 300 metros de la plaza principal de Manzanares el Real. Hay un aparcamiento detrás del castillo, muy cerca de la taquilla.
Horario del Castillo de Manzanares el Real
Si quieres entrar al Castillo de Manzanares el Real, el horario es 10:00 a 17:30 de martes a viernes y de 10:00 a 18:00 los sábados, domingos y festivos. Cierra los lunes y algunos festivos (1 y 6 enero, 1 mayo, 14 sep y 24, 25 y 31 dic). Llega al menos 1 hora antes del cierre.
La entrada al castillo cuesta 5€.
Si solo quieres entrar a ver el castillo por fuera, debes saber que el recinto abre de 10:00 a 19:00 todos los días.
Exterior
El Castillo de Manzanares el Real es el mayor exponente del gótico tardío en la Comunidad de Madrid y uno de los castillos más bonitos de España.
Se construyó con piedra caliza y granito y son muy características sus torres almenadas y sus bolas ornamentales, típicas de la época de los Reyes Católicos.
En la región de Madrid, zona fronteriza, se habían construido numerosos castillos, tanto por musulmanes como por cristianos. Pero ninguno como el castillo de Manzanares el Real.
Este castillo era palacio y fortaleza. A su posición estratégica frente al río Manzanares y al pie de la Sierra había que añadirle la última tecnología defensiva del momento.
Por eso, incluyó un primer muro defensivo de artillería. En este, hay troneras especialmente diseñadas para cañones y una estrecha galería que permitía mover las piezas con rapidez a lo largo de la muralla.
Detrás de este pequeño muro de artillería, se encuentra la segunda muralla, mucho más alta. Y hay aún una tercera muralla, ya adosada a los edificios del castillo. En lo alto de ella, hay una galería o adarve que domina el valle del Manzanares.
El castillo está formado por tres torres defensivas y una gran torre del homenaje de planta cuadrada. En esta se encontraban la sala del trono, las estancias privadas de los duques, la biblioteca y una capilla que integró el ábside de una iglesia anterior.
Rodea el castillo y entra por su puerta principal, entre las dos torres circulares, cruzando el puente que salva el foso.
Visita del Castillo de Manzanares el Real
La visita del Castillo de Manzanares el Real cuesta 5€ y, sinceramente, creemos que merece la pena hacerla. Se puede hacer en unos 45 minutos, pero si te gusta sacar fotos lo más probable es que tardes más.
Es cierto que las estancias originales del castillo se quedaron en ruinas y no queda casi nada de su decoración y mobiliario original, pero su patio porticado gótico-renacentista y las vistas que disfrutarás haciendo la ronda del adarve y sus torres son para no perdérselos.
Al inicio, hay una exposición sobre la historia del castillo y sus reconstrucciones y sobre la vida en el castillo y en general la sociedad a finales del s. XV, en esa transición entre el ideal de caballero medieval y el humanismo renacentista.
Después, cruzarás el precioso patio porticado que distribuye las estancias del castillo para entrar en las dependencias del Duque en la torre del homenaje.
Hay algunas cosas interesantes en sus salas, como tapices de Flandes y algún mueble de los Duques, pero en general, la decoración y mobiliario son escasos y en la mayoría de los casos, no son los originales.
Lo más destacable es el comedor y, sobre todo, el Estrado de Damas, espacio reservado para las mujeres que vivían en el castillo, subiendo una escalera desde la estancia principal.
Aunque los tapices flamencos de Julio César que decoran la sala son del s. XVII, es interesante la recreación de la decoración andalusí (a la morisca), que se puso de moda en algunos palacios castellanos en la época.
Después, se llega a la planta superior de la torre, donde se sale al adarve (la galería que recorre la tercera muralla del castillo en su totalidad).
Desde ahí podrás disfrutar de una preciosa vista de lo que en tiempos del Duque era el río Manzanares y hoy en día es el embalse de Santillana, construido en 1907, que regula el caudal del río y de un canal que abastece de agua a Madrid.
También podrás ver la elaborada decoración tallada ideada por Juan Guas desde muy cerca. Pasa luego a la zona interior, desde donde se ve el patio y las cuatro torres del castillo.
Al fondo, el pueblo de Manzanares el Real y La Pedriza.
Si te gusta el senderismo, desde Manzanares el Real hay muchas sendas sencillas de montaña. También puedes pasear por el embalse, una zona muy agradable donde hay una especie de playa.
Nosotros continuamos nuestra visita por la sierra madrileña, rumbo a Rascafría…
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