Burdeos (Bordeaux) es una de las ciudades más elegantes de Francia, y tiene mucho que ofrecer a sus visitantes.
No solo te enamorará su maravillosa arquitectura barroca de sus bulevares frente al Garona, sino también su animado ambiente, deliciosa cocina – y, por supuesto, sus famosos châteaux, o bodegas de vino.
Visitamos Burdeos como la última etapa de una ruta en carretera de 8 días por el Sur de Francia comenzando en Toulouse, aprovechando el respiro que nos dio la pandemia. ¡Fue nuestra primera vez allí y solo nos arrepentimos de no haber estado antes!
Nos quedamos en Burdeos durante 3 días. ¿Es suficiente? Desde luego, hay muchas cosas que hacer, zonas muy bonitas que explorar y nos dejamos alguna cosa pendiente. Pero pudimos explorar y vivir el centro de la ciudad, un día de enoturismo y una excursión a la cercana Bahía de Arcachón.
En este artículo os contaremos nuestra experiencia en Burdeos y os daremos algunos consejos viajeros para que aprovechéis al máximo vuestra estancia en Burdeos.
Consejos viajeros en Burdeos
Si quieres pasar directamente a la visita de Burdeos, pincha aquí.
Cómo llegar a Burdeos
El aeropuerto de Bordeaux-Mérignac airport (BOD) tiene conexiones directas a más de 30 aeropuertos europeos (incluyendo Madrid, Barcelona, Málaga, Tenerife, Lanzarote y Fuerteventura). Hay además 16 vuelos diarios desde París.
Para llegar al centro de la ciudad desde el aeropuerto, puedes tomar la línea 1 de autobuses (oficialmente Lianes 1+). La tarifa es la misma que la del resto del transporte público tarda unos 35-40 minutos en llegar al centro.
Puedes buscar las mejores ofertas de vuelos a Burdeos desde tu aeropuerto más cercado utilizando este formulario de búsqueda:
Si viajas en coche, Burdeos está bien conectado por carretera. Se encuentra en el eje de autopistas que conecta París con España por la costa Atlántica (A63-A10), y es el punto de comienzo de la A62 hacia Toulouse.
Burdeos se encuentra a 240 km de San Sebastián, a 250 km de Toulouse y a 590 km de París.
Si viajas en coche, te recomendamos especialmente leer nuestra próxima sección en la que explicamos cómo aparcar gratis en Burdeos.
Burdeos está bien conectado por tren: está a 2h10 de Toulouse y apoco más de 2h de París por alta velocidad TGV. ¡Sigue este enlace para consultar horarios y precios de trenes!
Cómo aparcar gratis en Burdeos
Viajar en coche a ciudades grandes puede ser muy caro y frustrante. En Burdeos, los aparcamientos cuestan más de 25€ al día y muchos hoteles céntricos no disponen de aparcamiento gratis para sus clientes.
Si no quieres perder dinero tan solo por dejar tu coche aparcado mientras disfrutas de la ciudad, lee estos consejos. Es información que no pudimos encontrar en ningún sitio, la encontramos nosotros mismos y la compartimos ahora contigo.
Aparcar en la calle en Burdeos está limitado a 4h, con tarifas crecientes. Los domingos y todos los días por la noche (de 19:00 a 9:00) sí puedes aparcar de forma gratuita en la calle.
Este sistema cubre la mayoría del municipio de Burdeos (toda la zona entre los bulevares y el Garona + La Bastida). Los municipios colindantes, solo separados por una calle de la ciudad, tienen sistemas similares.
¿Dónde puedes aparcar sin pagar entonces? Encontramos dos alternativas:
La alternativa oficial para tu coche: P+R, Parc-relais
Hay 25 parc-relais P+R, o aparcamientos disuasorios de la empresa metropolitana de transportes TBM, todos al lado de estaciones de tranvía o autobús.
El precio del aparcamiento está incluido en los billetes de 24 horas (5€ por persona).
Si no vas a utilizar más el transporte público, el aparcamiento vale 4,50 € al día e incluye un billete de ida y vuelta que puede ser utilizado por hasta 5 personas en le mismo día (básicamente para ir al centro de la ciudad y volver al aparcamiento en tranvía). Unos pocos P+R tienen un precio reducido de 3 € al día.
Puedes encontrar la localización e información relacionada con los P+R en la página web de TBM.
Suena muy bien… si no fuera porque está prohibido aparcar de noche. Los P+R cierran de 1 a 5 (de 2 a 5 los fines de semana), ya que está pensado para gente que vive fuera de la ciudad y va durante el día. Si dejas tu coche por la noche te arriesgas a una multa superior a lo que cuesta un parking.
Puedes recoger el coche después de las 19h y dejarlo en la calle para volverlo a llevar al día siguiente, pero se pierde bastante tiempo. Por eso solo lo utilizamos una noche y ahora te contamos:
La mejor forma de aparcar gratis en Burdeos
Encontramos de casualidad una alternativa mejor: aparcar en la zona universitaria.
En el campus de Arts et Métiers ParisTech hay mucho sitio para aparcar y es uno de los pocos lugares en la zona urbana donde se puede aparcar gratis.
Esta se encuentra en el municipio de Talence, y justo al lado de la parada del tranvía Arts & Métiers (línea C). Puedes dejar tu coche ahí hasta que lo vuelvas a necesitar y llegar al centro de Burdeos en solo 20 minutos en tranvía.
Sabemos que hay unas pocas zonas más en el área metropolitana de Burdeos en las que se puede aparcar gratis. Si has estado en Burdeos y conoces otras, por favor escríbenos un comentario.
Si te quedas 3 noches como nosotros, te ahorrarás unos 75 € que puedes gastarte en algo mejor, como irte a comer, tomarte unos vinos, visitar un museo, o simplemente ahorrarlo.
Cómo desplazarse en Burdeos
El centro histórico (fundamentalmente peatonal) y el barrio de Saint-Michel se pueden visitar fácilmente a pie. Pero hay más cosas que ver en Burdeos a distancias mayores.
La mayor parte de Burdeos se extiende por la margen izquierda del Garona siguiendo una forma de cuarto de luna, así que las distancias pueden ser bastante grandes para el tamaño de la ciudad. Al otro lado del río queda La Bastida: un fuerte medieval (bastida), luego barrio obrero y que ahora tiene una escena cultural muy interesante.
Afortunadamente, Burdeos tiene un buen sistema de transporte público. Las 4 líneas del moderno tranvía (A, B, C y D) son la alternativa más rápida para moverse por la ciudad. Estas se complementan con decenas de líneas de autobús. La red se extienden más allá del municipio de Burdeos, por ejemplo llega a Pessac, famoso por sus bodegas.
Los precios de los billetes más interesantes, válidos en toda la red, son:
- Sencillo: 1,70€
- Ida y vuelta 3€
- 10 viajes: 13,70€
- 24 horas: 5€
Por cierto, una de las cosas más chulas del transporte público de Burdeos es que incluye barcos. Así que si tienes tiempo, puedes coger un barco por el Garona por el mismo precio que el tranvía.
Qué hacer en Burdeos en 3 días
Llegamos a Burdeos desde Toulouse, visitando Montauban y Moissac de camino, ya de noche. Solo tuvimos tiempo para llegar al apartamento, cenar y prepararnos para empezar a explorar la ciudad al día siguiente.
Nos quedamos en un apartamento en Saint-Michel, un histórico barrio multicultural justo al Sur del centro.
Intentamos probar un poco de todo lo que ofrece Burdeos, así como decidimos dedicar cada día a una tema diferente.
Día 1: La ciudad
- Puerto de la Luna
- Porte Cailhau
- Garona y Pont de Pierre
- Place de la Bourse
- Grand Bar Castan
- Café La Belle Époque
- Place des Quinconces – Monument aux Girondins
- Grand Théâtre (Ópera)
- Place du Parlement
- Musée des Beaux Arts y Palais Rohan (Ayuntamiento)
- Catedral de Saint-André
- Grosse Cloche (Gran Campana)
- Basilica y Flèche Saint-Michel
Lo primero que queríamos hacer en Burdeos era explorar la ciudad y admirar su maravillosa arquitectura.
A mediados del s. XVIII, el antiguo Burdeos fue modernizado totalmente. Se demolieron las murallas medievales y se sustituyeron por los elegantes y monumentales edificios del frente del río, y su joya de la corona: la Place de la Bourse.
Este complejo urbano planificado único de Burdeos sirvió de inspiración al famoso plan de Haussmann para la modernización de París un siglo después. Por ello, Burdeos, Puerto de la Luna, es un sitio Patrimonio Mundial UNESCO.
El Puerto de la Luna
Salimos del apartamento y nos fuimos a la ribera del río para caminar por el Garona hasta la Place de la Bourse.
El paseo es increíble – citando a UNESCO: “un ejemplo excepcional de las tendencias clásicas y neoclásicas que le confieren una unidad y coherencia urbana y arquitectónica notable” de más de 2 km que “representa el éxito de los filósofos que querían hacer de las ciudades un crisol de humanismo, universalidad y cultura“.
Porte Cailhau
Las fachadas de los palacios planificados de la ribera del río se interrumpen de vez en cuando por algunos edificios singulares que hacen el conjunto más bello.
El primero que nos encontramos es la Porte Cailhau. Construida a finales del s. XV, esta era la puerta más importante de Burdeos frente al Garona. Es, además, un arco de truinfo, con una estatua de Carlos VIII que conmemora una victoria contra los italianos. Todavía no cruzaremos la puerta para visitar el centro histórico, sino que seguimos el río.
El Garona y Pont de Pierre
Es tan bonito el frente del río, que puedes olvidarte de mirar al otro lado – pero el Garona está precioso aquí, ya muy ancho, porque está cerca de su estuario (que, con 75 km, es el más largo de Europa).
Tómate tu tiempo para contemplar el Puente de Piedra (Pont de Pierre), de 1822, la Bastide al otro lado y el barrio de Chartrons, donde el cuarto creciente se cierra. Si tienes tiempo, es una gran idea coger un barco para ir al otro lado, ¡está incluido en el billete de transporte público!
Place de la Bourse
Unos minutos más tarde llegamos a la Place de la Bourse, el espacio más famoso de la ciudad y joya de su “nueva muralla”.
La Place de la Bourse fue el inicio del nuevo Burdeos – fue ahí donde las murallas se comenzaron a eliminar y el primer espacio monumental fue construido.
Originalmente se erigió una estatua de Luis XV, pero se derribó durante la Revolución. En 1869, se instaló en su lugar la estatua de las Tres Gracias que vemos hoy.
En 2006, la plaza se hizo aún más espectacular gracias al Miroir d’Eau (Espejo de agua).
De todas formas, no nos detuvimos tanto tiempo porque el mejor momento para sacar fotos aquí es al atardecer y de noche. ¡Y eso es lo que hicimos!
El último día, lo intentamos a la salida del sol para conseguir la mejor luz y una plaza vacía, pero no había agua: el espejo solo funciona de 10 a 22h. También hacen una parada de mantenimiento cada invierno, ¡así que no cometáis el mismo error que nosotros!
Cafés clásicos: Grand Bar Castan y La Belle Époque
La mañana no es el mejor momento para sacar fotos en la Place de la Bourse, pero es un momento perfecto para tomar un café en el Grand Bar Castan en Quai de la Douane, justo al lado de la Place de la Bourse.
Castan es la más exuberante de las cafeterías belle époque en Burdeos. Su decoración exoticista te hará viajar en el tiempo y en el espacio.
No temas un sablazo, porque el precio es como el de otras cafeterías del centro de Burdeos. También puedes venir a comer o a tomar una copa.
Al otro lado de la Place de la Bourse, hay otra cafetería vintage: La Belle Époque. Esta tiene una decoración más clasicista y señorial. Como no nos apetecía tomar otro café, solo entramos a echar un vistazo.
Place des Quinconces - Monument aux Girondins
El hermoso conjunto de la ribera se interrumpe un par de manzanas al Norte de la Place de la Bourse, justo al lado de La Belle Époque, por un gran espacio abierto: la Place des Quinconces.
Con una superficie de 12 hectáreas, es la plaza más grande de Francia. Por ello, es el lugar elegido para muchos eventos públicos.
Esta plaza sustituyó a un castillo medieval, que se demolió para hacerle sitio, siguiendo los planes para modernizar Burdeos.
La entrada está marcada por dos enormes columnas coronadas por estatuas que simbolizan el Comercio y la Navegación, dos pilares de la economía bordelesa.
Entre los árboles que hay a cada lado de la plaza se encuentran las estatuas de los dos filósofos más famosos de Burdeos: Montaigne y Montesquieu.
Pero lo más espectacular de la Place des Quinconces es el Monumento a los Girondinos, construido entre 1894 y 1902 a la memoria de los girondins víctimas del Terror de Robespierre. Como recordarás del colegio, los girondinos eran la facción “más moderada” de los revolucionarios franceses.
El grupo de los girondinos tuvo su origen en Burdeos, y es a su región (Gironda) a la que hace referencia su nombre. Los girondinos eran partidarios de un Estado descentralizado, en oposición a la visión unitaria de los jacobinos, una tendencia tradicional en Burdeos.
El monumento se compone de una columna de 43 metros con una estatua dedicada a la libertad en lo alto. A cada lado, hay una fuente con dos conjuntos escultóricos: “El triunfo de la República” y “El triunfo de la Concordia“.
Grand Théâtre de Bordeaux (Ópera)
La Ópera de Burdeos está muy cerca del Monument aux Girondins. Se construyó en 1780 en estilo neoclásico. Si tienes la ocasión de entrar, ¡no te lo pierdas!
La Ópera se encuentra en la Place de la Comédie, y marca el inicio de las elegantes calles peatonales del centro histórico.
Desde aquí, tomamos la rue Sainte-Cathérine y empezamos a caminar por las calles del centro de Burdeos, que estaban a pesar de la pandemia, muy concurridas.
No te pierdas la Galerie Bordelaise, una galería comercial que te llevará a otra época.
El ambiente del centro Burdeos y su maravilloso conjunto arquitectónico te encantará, así que tómate tu tiempo y no te preocupes si te pierdes o tomas un camino más largo.
Pero hay algunos sitios que no te puedes perder, ahora te los contamos.
Place du Parlement
La Place du Parlement es una de las bonitas plazas que se abrió en el s. XVIII para modernizar la ciudad.
Se llamó inicialmente Plaza del Mercado Real, y después se la renombró en homenaje al Parlamento de Burdeos, un tribunal de justicia más que una asamblea que funcionó hasta la Revolución (pero no se reunía en esta plaza como puede uno pensar).
Aquí nos paramos para comer en un café muy mono: L’Autre Petit Bois. Nos salvaron ya que se nos hizo tarde y tenían la cocina abierta todo el día.
Pedimos algo sencillo y pequeño esta vez: una tosta de foie y mermelada de higos y una cazuela de queso al horno.
Musée des Beaux Arts y Hôtel de Ville
Después de comer, seguimos explorando la ciudad. Caminamos hasta la Porte Dijeaux, una de las puertas de la ciudad, que se abre a la Place Gambetta, una de las plazas más icónicas de Burdeos.
Luego fuimos hasta el Museo de Bellas Artes (Musée des Beaux-Arts). Es un edificio notable con un jardín muy agradable… pero estaba cerrado.
El Palais Rohan es ahora el El Ayuntamiento de Burdeos (Hôtel de Ville) y se encuentra contiguo al Museo de Bellas Artes, mirando al Garona.
Se construyó originalmente como palacio episcopal en el s. XVIII. Lleva la típica arquitectura barroca de piedra a un tamaño y refinamiento superiores.
En la misma plaza del Ayuntamiento encontrarás uno de los edificios más importantes de la ciudad: su Catedral.
Cathedral Saint-André
La Catedral de Burdeoses uno de los pocos edificios singulares que quedan del pasado medieval de la ciudad, y el más impresionante de todos. La Catedral fue consagrada en 1096 pero el edificio actual fue construido durante los s. XIII-XV en estilo gótico.
Al ser Burdeos una etapa importante en el camino de Santiago en Francia, la Catedral se incluyó en el sitio Patrimonio Mundial UNESCO “Rutas de Santiago de Compostela en Francia“.
Pero no era simplemente otra iglesia de camino a Santiago: aquí se celebró el matrimonio de Luis XIII con Ana de Austria, hija de Felipe III de España, en 1615, lo que revela la importancia del lugar.
La Catedral de Burdeos no es tan impresionante como las grandes catedrales del Norte de Francia, pero es desde luego muy bonita e interesante.
Posee las típicas características góticas, como sus agujas y arbotantes, pero también tiene cosas únicas.
Una de las cosas que más sorprende de la Catedral de Burdeos es su campanario independiente (Tour Pey Berland), erigido en el s. XV.
Puedes subir hasta arriba para disfrutar de una vista de la ciudad.
La entrada a la Catedral es gratuita. El espacio interior es elegante y armonioso. La lástima es que la mayoría de las obras de arte originales se perdieron por un incendio en el s. XIX. De todas formas, tiene unas vidrieras bastante bonitas.
Tiempo de merienda - Canelés de Bordeaux
En Burdeos tienes que probar su especialidad dulce – los canelés.
Los canelés son un dulce hecho con una masa similar a la de las crêpes aromatizada con vainilla y ron.
Tradicionalmente se meten al horno en moldes de cobre. Esta es la clave para la textura única del canelé: los canelés consisten en una corteza caramelizada y un interior gomoso.
La primera vez que los pruebas, quizás te resulten un poco raros, pero una vez te acostumbras, ¡son deliciosos!
Después de nuestros canelés empezamos a caminar de vuelta a nuestro apartmento en Saint-Michel.
De camino, descubrimos el ambiente de la Place Ferdinand Lafargue y calles colindantes, y decidimos volver por la noche (no nos defraudó). Continuamos por rue Saint-James para llegar a la Gran Campana.
Grosse cloche (Gran Campana)
La Grosse Cloche era el campanario del antiguo Ayuntamiento y una de las puertas de la ciudad medieval.
La puerta se construyó en el s. XV y posteriormente fue ampliada y embellecida. Desde entonces, la campana ha sido parte integrante de la vida de los bordeleses, como recuerda la inscripción de la campana (de 1775):
“Doy las horas y mi voz es una llamada a las armas, (…) Canto en los eventos felices y lloro a los muertos“.
La torre se utilizó como calabozo para los jóvenes que no respetaban el órden público o el toque de queda… Ahora la puedes visitar por 5 €.
Saint-Michel y su Flèche
Cruzar la Grosse Cloche significa salir del centro histórico de la ciudad, ¡pero eso no significa que ya no haya más historia! El barrio de Saint-Michel se desarrolló en la Edad Media al Sur del Burdeos primitivo. Nuestro apartamento estaba aquí, pero es una zona que hay que visitar de todas formas.
La construcción más importante del barrio es la Basílica de Saint-Michel, construida en los s. XIV-XVI en estilo gótico flamígero. Es también parte del sitio Patrimonio Mundial UNESCO “Rutas de Santiago de Compostela en France“, ya que el Camino de Santiago pasa por el barrio.
La Basílica de Saint-Michel no es tan grande y monumental como la Catedral… pero su campanario independiente empequeñece al de la Catedral. La Flèche Saint-Michel, como se conoce, es uno de los símbolos de Burdeos, ¡y su altura de 114 metros lo convierte en el segundo campario más grande de Francia!
Día 2: El vino
Decidimos dedicar nuestro segundo día en Burdeos por completo al vino, algo que debes hacer cuando estás en una de las regiones vinícolas más famosas del mundo y una de las cunas del vino moderno.
Una cosa buena de Burdeos es que hay muchas bodegas en el área metropolitana de la ciudad (puedes llegar fácilmente en transporte público).
Café du Levant
Las 9 de la mañana es un poco pronto para el vino, así que comenzamos el día en otra de las cafeterías clásicas de Burdeos: Café du Levant, enfrente de la estación de tren (Gare St-Jean).
Este café es el más grande de los tres que visitamos. Su cartel art déco es muy llamativo, pero no te pierdas su lujoso interior que parece sacado de una película. Si vas a la hora de comer, puedes probar su especialidad: chucrut alsaciano.
Cité du Vin
Si no vas a visitar una bodega, al menos deberías ir a la Cité du Vin, calificado como 7º mejor museo del mundo por National Geographic.
El museo abrió en 2016 en un edificio moderno fantástico en el barrio de Bacalan, justo al Norte de donde terminan los bulevares barrocos.
Para llegar, puedes tomar el Tranvía C a la parada Cité du Vin.
El precio de la entrada es de 20 €, e incluye una copa de vino de tu elección de diferentes denominaciones francesas e internacionales, que podrás degustar en su terraza panorámica de la última planta.
El edificio te encantará si te va la arquitectura moderna y el museo es muy interesante para cualquiera al que le guste el vino.
Quizás lo que más sorprenda es que la Cité du Vin es un museo mundial del vino, no un museo del Burdeos o del vino francés, lo cual lo hace aún más interesante.
El museo está dividido en 19 secciones agrupadas en “6 universos del vino”. Estas te llevarán por regiones icónicas, desde Georgia a Argentina así como viñedos exóticos en islas del Pacífico.
Hay una interesante exposición sobre el papel del vino en la sociedad desde la Antigüedad. Y por supuesto algo de la historia del vino de Burdeos y otras regiones de Francia.
También hay una sección que explica el proceso de elaboración del vino y profundiza en las diferencias entre los diferentes tipos de vino.
Antes de subir a degustar tu copa de vino, no te olvides de practicar en el “Buffet de los 5 sentidos”, una de las partes más curiosas del museo.
Puedes quedarte durante horas en la Cité du Vin y no te aburrirás, pero nosotros no teníamos tanto tiempo así que tuvimos que dejarlo en 1h30 antes de subir a por nuestro vinito. Es tiempo suficiente para ver un poco de todo y aprender bastantes cosas.
Subimos a la terraza a por nuestro vino: había una selección de vinos franceses, pero también de otros lugares como Croacia, Serbia, Bélgica, Argentina e incluso México.
Pero bueno, ya que estábamos en Francia, pensamos en no irnos tan lejos e probar un tinto de Borgoña y un Cadillac, un vino blanco de postre de Burdeos (similar al Sauternes) mientras disfrutamos de la vista.
Chartrons
Nos fuimos de la Cité du Vin con un poco de prisa a Chartrons para comer antes de la visita a la bodega por la tarde.
Chartrons es un barrio al Norte del “Puerto de la Luna“, burgués y bohemio. Como aprendimos en la Cité du Vin, esta zona fue una vez uno de los centros más importantes de la producción de vino de Burdeos.
Chartrons merece desde luego más tiempo del que le pudimos dedicar, con plazas y calles elegantes, famoso por sus tiendas de antigüedades y ambiente animado.
Buscamos un sitio que nos pudiera servir una comida después de las 2 de la tarde, cocina local a ser posible, y encontramos Chez Dupont, muy cerca de la famosa iglesia neoclásica de Saint-Louis, cuyas torres destacan en la panorámica de Chartrons.
Fue una gran idea, ya que comimos uno de los mejores confits de pato que hemos probado. Además es algo que debes probar en Burdeos, ya que es una de las especialidades más reconocidas de la región de Aquitania.
El pato se confita durante 24 horas, y en restaurantes como este lo hacen ellos mismos. ¡Su tarta de mango también estaba deliciosa! A veces, cuando no planificas las cosas, te llevas sorpresas muy agradables.
Visita al Château Pape Clément
Tomamos el tranvía en Chartrons para coger el coche hasta la bodega de Pape Clément. Este es uno de los grandes nombres de Burdeos: de hecho sus viñedos son los más antiguos de la región, su primera cosecha fue en 1306.
La producción de vino ha cambiado muchísimo desde entonces, así como la propiedad de la bodega. El château toma su nombre del Papa Clemente V (el Papa que se mudó de Roma a Aviñón), que fue el primer propietario cuando era Arzobispo de Burdeos. Después, lo legó a sus sucesores en el cargo.
El château perteneció a los Arzobispos de Burdeos hasta la Revolución Francesa, cuando fue nacionalizado y vendido. El propietario actual es Bernard Magrez, que también posee otras bodegas en la región, como Château La Tour Carnet.
Nos encanta visitar bodegas, y el château francés tiene un encanto especial.
Compreder las Denominaciones de Origen en Francia es mucho más difícil que en cualquier otro país – Burdeos tiene decenas de D.O. y algunas de ellas se refieren solo a una parte de un pueblo que tiene un suelo específico.
En los viñedos de Pape Clément’s se cultivan las variedades típicas de Burdeos: Merlot y Cabernet Sauvignon, además de las blancas Sauvignon Blanc, Sémillon y Muscadelle.
En cada bodega que visitas, siempre aprendes algo o ves alguna diferencia en el proceso. Aquí nos pareció interesante la práctica de limpiar los barriles a mitad del proceso de envejecimiento.
Después de visitar los viñedos, el zona de fermencación y la preciosa bodega de envejecimiento en barrica, ¡era el momento de la cata!
El precio de la visita es de 20€. Nos parece muy bueno, teniendo en cuenta que la cata incluye 3 vinos diferentes, y no cualquier vino.
Comenzamos con el Croix de Perenne, 100% Merlot, de otra de las bodegas de Magrez en Blaye. Continuamos con un Merlot – Cabernet Sauvignon de Médoc, interesante para compreder el aporte de esta última variedad.
Y finalmente, la estrella: Château Pape Clément Grand Cru Classé de Graves 2015.
La botella cuesta unos 130 €, así que es el vino más caro que hemos probado nunca. No es habitual que, en una visita normal a una bodega, te den a probar su vino más caro.
¡Si te gusta el enoturismo, tienes que hacerlo también en España!
Echa un vistazo a nuestros viajes con vino en España: Laguardia, una joya medieval en el corazón del Rioja y nuestra ruta por la Ribera del Duero, una región llena de historia y excelentes vinos.
Día 3: La Bahía de Arcachón
El último día de nuestro viaje, nos decidimos a salir de la ciudad, a Arcachón, como hacen muchos autóctonos en verano.
Esta bahía (Bassin d’Arcachon) es preciosa y se encuentra en el Atlántico, 60 km al suroeste de Burdeos. Es muy popular como destino de veraneo y también para ir un fin de semana.
Arcachón: ciudad y playa
Llegamos a Arcachón, muy animada en un sábado de septiembre. El pueblo tiene una bonita playa de arena resguardada de las corrientes del Océano por la extraña forma de la Bahía.
Si te apetece un paseo en barco, hay diferentes tours desde el puerto de Arcachón. Una opción más barata es utilizar los barcos del transporte público, puedes buscar los horarios allí.
Ville d'Hiver
Se decía que el clima de Arcachón era beneficioso para curar la tuberculosis y otras enfermedades pulmonares. Por eso, se convirtió en un balneario para la burguesía francesa desde 1820.
En 1860, esta ciudad de vacaciones de la clase alta tuvo una mejora muy importante, cuando se construyó la Ville d’Hiver (Ciudad de Invierno).
Este es un barrio en una colina de Arcachón que consiste en mansiones en estilo “pintoresco”, una mezcla de estilos: neoclásico, neo-gótico, neo-morisco, colonial y “chalet suizo” creado para “elevar el alma”.
No te pierdas Villa Teresa, cuya arquitectura en estilo “hispano-morisco” es la más reconocida de la Ville d’Hiver.
Este barrio de la alta burguesía se completó con una pista de esquí, un observatorio y una iglesia anglicana… No solo les gustaba a los franceses ricos, sino que también muchos ingleses pasaban tiempo aquí.
Ostras
La Bahía de Arcachón es famosa por su tradición ostricultora. En la carretera te encontrarás señales de “Port ostréicole” (puerto ostricultor). Hay varios, son pueblos totalmente dedicados al cultivo de ostras, en ambos lados de la Bahía.
Si te gustan las ostras, olvídate de los restaurantes de la ciudad y ve a uno de estos pueblos a degustarlas. ¡No las vas a encontrar más frescas en otro sitio!
En estos puertos ostricultores encontrarás cabanes (cabañas), donde se ofrece una “degustación de ostras”. Estas se llevan cada día de las distintas piscinas del pueblo.
Fuimos a La-Teste-de-Buch, un puerto ostricultor justo al Este de Arcachón y comimos en La Cabane du Paliquey.
Todas las cabanes tienen básicamente el mismo menú y los mismos precios: ostras – 12 medianas por 11€, 12 grandes por 13 €; marisco de la zona – gambas, buccinos (bulots) y bígaros (bigorneaux); y pâté landaise, con o sin piment d’Espelette (una especie de chile del pueblo de este nombre en los Pirineos).
Así que si no te gusta el marisco como a Marcos, solo te queda el paté…
Dune du Pilat
Después de comer, fuimos a uno de los lugares más impresionantes de la Bahía de Arcachón: la Gran Duna de Pilat. Está a tan solo 10 km por carretera de Arcachón.
Pasamos por Pyla-sur-Mer, un pueblo de veraneo que da a la duna su nombre. Había mucha gente en Pyla, a pesar de la pandemia, ¡parecía un poco como la Costa Azul!
Hay un aparcamiento al lado de la Duna. El precio es: 4 € por 2h y 6 € por 4h. Si te quedas menos de 30 minutos es gratis, pero es imposible visitar la duna en tan poco tiempo.
Desde el aparcamiento, hay que andar unos 10 minutos hasta llegar a la Duna, y entonces tienes que subir. Hay escaleras, si no quieres escalar la Duna.
Recientemente, estuvimos en las Dunas de Maspalomas en Gran Canaria, pero la Duna de Pilat es muy diferente. Este no es un sistema dunar, sino una gran duna, de una preciosa arena pálida.
La Duna impresiona, y también la vista desde su cima, Siéntate y relájate y disfruta de la vista del Océano Atlántico con el Banc d’Arguin (un banco de arena donde habitan muchos pájaros y plantas) – y, al otro lado, el gran bosque de las Landas.
Te recomendamos que consultes las mareas, y si tienes la suerte de que coincida la marea baja con la puesta de sol, ¡no pierdas la ocasión de disfrutarlo!
Tiempo de marcharse...
Este fue el final de nuestro viaje en carretera por el Mediodía francés en tiempos de pandemia. Teníamos casi 700 km para volver a casa al día siguiente.
Después de hacer las maletas, nos fuimos a cenar a una terraza en el barrio – La Taupinière, en el mítico bulevar, muy cerca de la Basílica de Saint-Michel. Tiene una muy buena relación calidad-precio, su especialidad es el Taup’n’Sauce, un cuasi-tartare (vuelta y vuelta) con una salsa de tu elección.
Antes de marcharnos, compramos canelés para llevar a casa. No aguantan más de un par de días, ¡pero eso no supuso ningún problema!
Dijimos adiós a Burdeos, seguros de volvernos a ver, ¡porque solo nos arrepentimos de no habernos conocido antes!
Si has disfrutado leyendo nuestra guía de Burdeos, échale un vistazo a nuestro artículo sobre la ruta completa que hicimos en 8 días por el Sur de Francia.
Si quieres más detalles, puedes entrar directamente a nuestros artículos sobre otras ciudades y lugares del Sur de Francia:
- Toulouse, la animada capital de Occitania, con mucha historia.
- Carcasona, cuya ciudadela medieval te hará viajar en el tiempo.
- Montauban, la ciudad que desafió a Richelieu, centro de la rebelión protestante (Hugonote).
- La Abadía de Moissac, que tiene el más antiguo y hermoso claustro románico de Francia.
Estupendo, podríais escribir una guía turística.
Muchas gracias! Es un poco lo que tratamos de hacer en este artículo, que sirva a otros viajeros a organizarse. Necesitaríamos estar más tiempo para hacerlo más completo, claro 🙂