León es, sin duda, una de las ciudades españolas más interesantes para visitar, por su patrimonio histórico y por su gastronomía y ambiente nocturno. Sorprendentemente, no es un destino tan popular como merece, sobre todo fuera de España. Pocos extranjeros han oído hablar de León, y menos conocen sus maravillas.
León es una ciudad bella, pero tiene, sobre todo, dos monumentos excepcionales y únicos en el mundo: la Catedral, con una de las mejores colecciones de vidrieras góticas originales, y el Panteón de Reyes de la Colegiata de San Isidoro, el mejor conjunto de frescos del románico europeo. A ellos se une el Convento de San Marcos, una de las mejores obras del renacimiento español. Tres grandes obras de tres épocas artísticas.
Por la noche, el ambiente del barrio húmedo y el barrio romántico, con sus tabernas de vinos y tapas es probablemente el mejor que puedas encontrar en una ciudad de 120.000 habitantes. Es famosa la morcilla de León, pero podrás descubrir muchas otras especialidades locales.
Un poco de historia de León, cuna del parlamentarismo
Los orígenes de León se remontan al establecimiento de un campamento de la legión romana. Alojó la Legio VII Gemina hasta la caída del Imperio Romano en 476 – de ahí el nombre de León. Esta legión fue la única asentada en Hispania y, así León fue la más importante ciudad militar romana de la península.
Hoy se pueden ver en León numerosos tramos de su muralla romana, reconstruida durante la Edad Media, así como de las termas de los legionarios, bajo la catedral.
León perdió importancia después de la caída el imperio romano, aunque no llegó a abandonarse. En 853, el rey de Asturias Ordoño I conquista León al Califato omeya. A principios del s. X, bajo Ordoño II, León se convierte en capital del reino astur, pasando a denominarse Reino de León.
El Reino de León se convirtió en uno de los principales reinos cristianos de la Península Ibérica. En 1230, se incorporó a la Corona de Castilla. Fue decisivo en su desarrollo el auge del Camino de Santiago, que debía pasar por su territorio: específicamente la ciudad de León es una etapa importante del camino francés.
En esta época se produjo el suceso que la ha valido a León la apelación de Cuna del Parlamentarismo, reconocida por la UNESCO. En 1188 el rey Alfonso IX convocó Cortes en la Colegiata de San Isidoro de León. En ellas, por primera vez, había representantes electos de las ciudades. Son las primeras cortes europeas documentadas con representación del pueblo (a excepcion de la remota Islandia).
Bajo la Corona de Castilla, la ciudad dejo de ser capital real, pero siguió manteniendo cierta importancia. Se construyeron hermosas obras como la Catedral, de refinado estilo gótico francés, y el impresionante Convento de San Marcos.
En el s. XIX llegó el ferrocarril a León, lo que permitió el surgimiento de una cierta base industrial y mercantil y se construyó el bonito Ensanche y la Casa Botines, de Antoni Gaudí.
León es ahora una capital de provincia de 120.000 habitantes, dinámica y con nuevas inversiones y construcciones como el Museo de Arte Contemporáneo (Musac) y la sede del Instituto Nacional de Ciberseguridad (Incibe), además de un destino turístico perfecto para un fin de semana, o más.
Cómo llegar a León
León está bien conectada por carretera y ferrocarril y tiene un pequeño aeropuerto con vuelos nacionales.
En coche: desde Madrid se puede llegar a León en autovía: por la A-6 y tomando la A-66 en Benavente (que llega hasta Oviedo). También llega la A-231 desde Burgos, donde se puede tomar la A-1.
Si vas en coche, se puede aparcar gratuitamente fuera del Centro y el Ensanche, por ejemplo, detrás de la Plaza Mayor.
En tren: recientemente ha llegado a León el AVE desde Madrid. Tarda 2 horas (con paradas en Segovia, Valladolid y Palencia). También hay servicios de Alvia (2h20 desde Madrid) y de media distancia (más de 4 horas).
En avión: si vienes desde más lejos, el avión puede ser la mejor opción para ti. Al aeropuerto de León (LEN) llegan vuelos desde Barcelona, Málaga, Palma de Mallorca, Menorca, Ibiza y Gran Canaria. Los vuelos a las islas son estacionales.
Cómo moverse por León
León es una ciudad que se puede recorrer fácilmente a pie. Desde la Plaza Mayor, en el extremo Este del centro histórico, hasta el Convento de San Marcos, al Oeste del Ensanche, se tardan 20 minutos andando. El Museo de Arte Contemporáneo está 10 minutos más allá. Evidentemente, hay autobuses urbanos.
Qué ver en León en dos días
Catedral de León
La Catedral de Santa María de Regla es la edificación más célebre de la ciudad de León. La Catedral de León es una de las grandes obras del gótico europeo y la más francesa de las catedrales españolas.
Conocida como pulcha leonina, destaca por su increíble colección de vidrieras medievales originales, la más completa de Europa junto con la de la catedral de Chartres.
Por eso, la Catedral de León es, junto con la de Burgos, la catedral gótica más representativa de España y visita obligada en León. Pero no te limites a verla por fuera, aunque sea impresionante, porque lo mejor está en el interior.
La Catedral de León se construyó en apenas 50 años desde 1253, por lo que posee una excepcional unidad de estilo, claramente influenciado por el gótico flamígero del Norte de Francia. León era entonces una ciudad de unos 5000 habitantes, pequeña, pero de gran importancia política e histórica en pleno Camino de Santiago.
La Catedral de León se construyó sobre una primitiva catedral románica, en el sitio donde hubo unas termas romanas de la Legio VII Gemina, cuyas ruinas se pueden visitar en los sótanos hoy en día.
Antes de visitar el interior, admira la portada de la fachada principal. El triple pórtico, que sigue el modelo de la catedral de Reims, posee uno de los mejores conjuntos escultóricos del arte medieval español, en especial la virgen del tímpano (hoy sustituida por una copia, la original se encuentra dentro de la catedral).
La catedral de León es conocida por haber llevado al extremo la llamada “desmaterialización” típica del estilo gótico, es decir, la búsqueda de construcciones más livianas, de mayor amplitud y altura y reduciendo los muros al máximo en favor de ventanales más grandes que dejan pasar más luz al interior.
Esto se aprecia en el exterior, pero es aún más evidente en el interior de la catedral, y lo que permite que sus vidrieras sean tan grandes y luminosas.
Esta audacia técnica, como es natural, tuvos sus riesgos, y más cuando en siglos posteriores otros arquitectos realizaron añadidos al gusto barroco de la época, cometiendo errores de cálculo o sin comprender bien el edificio, en especial una enorme cúpula construida en 1631.
La estructura ligera de la catedral apenas podía aguantar estos añadidos y tuvo muchos problemas, hasta que a mediados del s. XIX estuvo a punto de derrumbarse. En 1857 comenzaron a caer piedras de la nave central y se comenzó a trabajar en su restauración. Pero desmontar la cúpula no fue suficiente.
La catedral se salvó gracias a Juan de Madrazo, gran estudioso del gótico francés y el mejor restaurador de España. Después de estudiar la estructura de la catedral, construyó un ingenioso encimbrado de madera para sujetarla mientras se acometía la restauración.
Madrazo eliminó todos los elementos extraños al gótico y reconstruyó el herido crucero. 10 años después, llegó la prueba de fuego: se retiró la estructura de madera y la catedral consiguió sostenerse sola.
La Catedral de León cuenta con 1800 m2 de vidrieras ordenadas en 3 pisos, siguiendo el modelo de las catedrales francesas. Casi todas son medievales, aunque hay algunas del s. XVI y de las restauraciones de los s. XIX-XX. Su colocación y los motivos que representan siguen una estructura bien planificada y llena de simbolismo cristiano.
Como la mayoría de iglesias góticas, la catedral orienta su cabecera al Este. Así, la luz del amanecer se filtra por el ábside, donde un conjunto de vidrieras representa el árbol genealógico de Cristo. En la simbología cristiana medieval había una fuerte identificación entre Cristo y el Sol, recordando a antiguas religiones solares.
Según avanza el día, el sol va iluminando las vidrieras del lado Sur, a la derecha. En estas se representan los grandes personajes de la iglesia (apóstoles, vírgenes, mártires, obispos…) iluminados por la luz de Cristo.
Los ventanales del lado Norte, a la izquierda, nunca reciben la luz directa del Sol. En estos están representados los personajes del Antiguo Testamento, que nunca conocieron la luz de Cristo. Esta falta de luz se refuerza por la predominancia de tonos azules en las vidrieras.
Por otra parte, la representación de las vidrieras en los tres pisos sigue una clara simbología de ascenso de la tierra al cielo. En las naves laterales, encima de unos arcos ciegos que se identifican con el reino mineral, se encuentran las vidrieras más bajas, que representan motivos vegetales.
En el segundo piso se representan las realidades humanas (alegorías de las artes y las ciencias, vicios y virtudes y escudos heráldicos). Por último, en las vidrieras superiores se representan las escenas divinas y personajes de la Iglesia.
El interior de la catedral también cuenta con algunas esculturas góticas interesantes, especialmente en la girola. Tampoco te puedes perder el trascoro renacentista. Aunque molesta a la visión de la catedral en su conjunto, no se puede negar la hermosa decoración de sus arcos y la finura de los cuatro paneles de mármol.
La visita de la Catedral de León termina en el claustro, de 30 metros de lado. Su aspecto actual está dominado por las bóvedas platerescas del s. XVI.
El precio de la visita a la Catedral de León cuesta 7 €. Incluye una audioguía (en aplicación móvil sin descarga) con muy buenas explicaciones.
La catedral abre todos los días: de lunes a sábado de 9:30 a 13:30 y de 16h a 19h (de 16h a 20h entre mayo y septiembre). Los domingos y festivos abre de 9:30 a 11:30 y de 13h a 15h octubre-abril (15h a 20h mayo-septiembre). Se recomienda comprobar los horarios en la página web porque hay días con horario especial.
Real Colegiata de San Isidoro
La Colegiata de San Isidoro es otro de los monumentos de visita obligada en León, en particular, por su espectacular Panteón de Reyes, conocido como la Capilla Sixtina del Románico. Resulta sorprendente que un lugar así sea tan desconocido en Europa, e incluso entre los españoles que no han visitado León.
En este caso recomendamos hacer la visita guiada. Su duración es de 1h15 aproximadamente, pero merece mucho la pena. No hay audioguía y los paneles explicativos no son tan útiles.
Además, puedes visitar de forma gratuita la Basílica de San Isidoro, iglesia románica con planta de cruz latina que tiene el privilegio de estar abierta día y noche.
Son especialmente notables los relieves de las dos puertas de entrada, especialmente la de la derecha, llamada puerta del Perdón y atribuida al maestro Mateo que trabajó en el pórtico de la Gloria de la catedral de Santiago de Compostela.
La Colegiata de San Isidoro de León nació en el s. X y se convirtió en uno de los conjuntos románicos más importantes de Europa. En sus inicios, fue un monasterio de mujeres vinculadas a la familia real leonesa.
Da cuenta de su importancia el hecho de que, en 1063, se trasladaran aquí los restos de San Isidoro de Sevilla, como tributo del rey musulmán de Sevilla a Fernando I de León. El propio Fernando I mandó construir el Panteón de Reyes, pero fue su hija Doña Sancha la que la que encargó su espectacular decoración.
La visita comienza en el claustro. Del primitivo claustro románico en el que se celebraron las famosas Cortes de 1188 apenas queda el pórtico y el lado que da a la basílica. Lo demás es de la reconstrucción del s. XVI en estilo plateresco, o neoclásico posterior.
Por el claustro se accede a la sala que alberga el Tesoro de los Reyes de León. Además de la arqueta de marfil fabricada en 1059 para traer los restos de San Isidoro desde Sevilla, hay objetos desde Escandinavia hasta Persia que llegaron a León, dando cuenta de su importancia en la época y el intercambio cultural del Camino de Santiago.
Después se pasa al Panteón de Reyes. En este cementerio real se enterraron 11 reyes y 12 reinas de León, además de infantes, condes y nobles… y sus frescos lo convierten en seguramente la obra más alucinante del románico que queda en Europa.
Estos frescos que se realizaron a finales del s. XI, así que llevan ahí más de 900 años. Los frescos se han conservado así por una mezcla de técnica excepcional, condiciones atmosféricas ideales (sin luz solar directa, excepto en una zona que está quemada, y baja humedad), algo de suerte y poca restauración.
Por eso está prohibido tomar fotografías. Por favor, respetad esta norma para que los frescos duren otros mil años.
Algunos de los frescos más representativos son la Crucifixión con los cuatro evangelistas, cada uno con su animal simbólico, la Anunciación de los pastores y la última cena, en la que aparece el persona de Marcial, el que llevaba el vino, según una leyenda francesa (no está en la Biblia).
Como los pintores escribieron los nombres de muchos personajes o representaciones, son bastante fáciles de entender. También es curioso el calendario en uno de los arcos, con las actividades más típicas de cada mes.
Aunque el Panteón de Reyes es lo más interesante de la visita, ¡aún hay más!
La siguiente parada es el Cáliz de Doña Urraca, una pieza única. El cáliz está formado por dos cuencos de ónix de la época romana (siglo I). Para crear este cáliz, Doña Urraca donó sus joyas de oro, esmeraldas, zafiros…
¿Por qué le dio Doña Urraca tanta importancia a estos cuencos? Parece que estos cuencos se trajeron a León desde Jerusalén, donde se veneraban desde el s. IV como los que utilizó Jesucristo durante la Última Cena.
Estos cuencos llegaron al Emir de Denia, como un regalo del Califa de El Cairo Al-Mutansir en agradecimiento de la ayuda que le prestó el emir durante una hambruna. El Emir de Denia se los regaló al rey Fernando I de León, uno de los reyes cristianos más poderosos, que estaba atacando Valencia (y así dejó tranquila a Denia).
Después se visita la Cámara de Doña Sancha. En el s. XVI, cuando en León ya no había reyes, esta habitación real se convirtió en la Sala Capitular de la Colegiata (donde se reunían los monjes). Entonces, se decoró la sala con unas bellas pinturas murales. Estas se arrancaron en los años 60 y recientemente se han restaurado y devuelto a su lugar original.
Muy cerca de la cámara se encuentra la Biblioteca Renacentista de la Colegiata, también del s. XVI. Aunque no se puede ver ningún libro abierto, contiene 150 códices, 300 incunables y más de mil libros raros.
Por último, puedes salir a la muralla romana, pues San Isidoro está adosada a ella.
La Colegiata de San Isidoro de León abre de martes a sábado de 10 a 14h y de 16h a 19h (de 17h a 20h entre abril y septiembre) y los domingos de 10 a 14h. Cierra todos los lunes y en algunas fiestas religiosas, por lo que conviene comprobar el horario antes de visitarla en la web oficiao.
La entrada con visita libre cuesta 5 €, pero recomendamos realizar la visita guiada (7 €). Podéis contratarla en este enlace.
Murallas romana y medieval
León conserva parte de la muralla romana erigida por la Legio VII en el s. I d.C. La muralla tiene una planta rectangular, con cubos semicirculares. Ha sido reparada en numerosas ocasiones desde su construcción: hacia el final del Imperio Romano y también durante la Edad Media.
En el s. XIV se levantó una nueva muralla que protegía la zona nueva de la ciudad hacia el Sur, donde ahora se encuentra la Plaza Mayor, la Plaza del Grano y la Plaza de San Marcelo. Parte de esta muralla también se ha conservado.
Puedes caminar por la muralla al final de la visita a la Colegiata de San Isidoro de León y también en un pequeño tramo en la Plaza del Cid.
Convento de San Marcos
Cruzamos ahora al otro lado de la muralla camino al Convento de San Marcos. Este se encuentra junto al río Bernesga, al otro lado del Ensanche de León. Junto con la Catedral y San Isidoro, el Convento de San Marcos es la tercera maravilla que no te puedes perder en León.
En el s. XII se construyó en este lugar un hostal para los peregrinos del Camino de Santiago. Se trataba de un edificio muy modesto, que se derribó en el s. XVI para construir el actual. Las obras fueron despacio, y en el s. XVIII se construyó la parte a la izquierda de la puerta principal, conservando el estilo original.
Además de convento, este edificio tuvo múltiples usos: fue cárcel, y aquí estuvo preso el gran poeta Quevedo, y durante la guerra civil se utilizó como campo de concentración franquista, como nos recuerda hoy un monolito (con cita de Quevedo). Ahora, es uno de los más lujosos Paradores de Turismo de España.
La fachada principal del Convento de San Marcos es una de las grandes maravillas del renacimiento español, llamado plateresco.
Impone de lejos, pero también maravilla de cerca, con sus columnas, balaustradas y medallones, tan lleno de detalles.
En los medallones se representan personajes de la antigüedad greco-latina y de la historia de España, desde el Cid a Felipe II.
Encima de la puerta principal hay un relieve de Santiago a caballo luchando contra moros con turbante, que nos recuerda la estrecha relación del convento con el Camino de Santiago.
A la derecha del conjunto se encuentra la iglesia, de estilo gótico tardío (isabelino), terminada en 1541. Su fachada está adornada con conchas, muy típico del estilo.
El claustro renacentista es parte del Museo Arqueológico Provincial, y se puede visitar por un módico precio de 0,60 € de martes a sábado de 10 a 14h y de 16 a 19h (de 17 a 20h de julio a septiembre) y los domingos solo de 10 a 14h (lunes cerrado).
Después de visitar San Marcos volvemos hacia el centro atravesando el elegante Ensanche de León, ordenado alrededor de la Plaza de la Inmaculada, hasta llegar a la Plaza de Santo Domingo.
Casa Botines
La Casa Botines es uno de los tres únicos edificios construidos por Antoni Gaudí fuera de Cataluña (junto con el Palacio Episcopal de la vecina Astorga y el Capricho de Comillas, en Cantabria).
Gaudí construyó la Casa Botines en 1891-1892, como almacén de tejidos, en la planta baja, y residencia particular en las plantas superiores. Poco antes había trabajado en el Palau Güell, y Botines fue la primera casa de vecinos de Gaudí.
Aquí experimentó soluciones y geometrías que utilizaría en otras posteriores, como la Pedrera de Barcelona, aunque su estilo era todavía muy neogótico, poco se vislumbraba del expresionismo y naturalismo que le haría único.
La estructura del edificio en siete plantas se inspiró en lo que se estaba construyendo en Barcelona y, sobre todo, en el icónico ensanche de Haussmann en París.
Uno de los símbolos más importantes de la Casa Botines es el dragón. La verja de la puerta de entrada tiene unos afilados dientes y está coronada por las fauces de un dragón devorando a un león.
El tejado también recuerda a las escamas de un dragón. Este sería un símbolo recurrente en la obra de Gaudí.
Después de ser almacén de telas, la Casa Botines pasó a la Caja de Ahorros de León, y fue sede bancaria hasta hace pocos años. En 2017 se abrió como museo.
En la visita podemos ver el diseño del almacén de Gaudí, con esbeltas columnas y vidrieras para lograr amplitud de espacio y claridad. En las plantas superiores hay exposiciones sobre la obra de Gaudí, incluyendo muebles que diseñó, un apartamento señorial típico de la época y una exposición de pintura.
La entrada a la Casa Botines cuesta 8 € si es visita libre. La visita guiada cuesta 12 € y además permite el acceso al torreón. Abre todos los días de 10h a 21h.
Sinceramente, el museo no está mal, pero resulta mucho más interesante el Palacio Episcopal de Astorga, más impresionante y donde se puede disfrutar mucho más el diseño interior del maestro catalán. Si no eres un gran fanático de Gaudí, es una visita prescindible en León, además de un poco cara en comparación con el resto de monumentos.
Palacio de los Guzmanes
A la derecha de la Casa Botines se encuentra el Palacio de los Guzmanes, renacentista del s. XVI. Aunque mucho más sobrio y modesto que San Marcos, fue el palacio más importante de la ciudad, con sus cuatro torres y galería. Para construirlo, se derribó parte de la muralla de la ciudad. Actualmente es la sede de la Diputación Provincial de León.
Si ves la puerta abierta, aprovecha para ver su bonito patio porticado plateresco.
Plaza de San Marcelo
La Casa Botines y el Palacio de los Guzmanes se encuentran en la Plaza de San Marcelo, en los confines del viejo León.
Esta plaza tiene además otros dos edificios históricos, en la zona más resguardada, frente a la fuente: la Iglesia de San Marcelo, del s. XVII, y la Casa de la Poridad, sede principal del Ayuntamiento de León. Este palacete se construyó en 1584, en un sobrio y racional estilo renacentista, pero fue ampliado y bastante reformado en la década de 1960.
Calle Ancha
La Calle Ancha es la principal calle comercial del centro de León, con numerosas tiendas de calzado, moda, alimentación y turísticas, además de bares y restaurantes.
La Calle Ancha sigue básicamente el trazado de la calle principal del campamento de la Legio VII y hoy en día une la Catedral con la Plaza de San Marcelo, dividiendo en dos la ciudad antigua: al norte queda el Barrio Romántico y al sur el Barrio Húmedo.
Su arquitectura es un contrapunto a las estrechas calles de trama medieval de la ciudad intramuros, con edificios de viviendas pintados de colores, palacetes neoclásicos y cafeterías históricas.
Plaza Mayor
Los orígenes de la Plaza Mayor de León se remontan al mercado construido en la época medieval en los alrededores de la Iglesia de San Martín, del s. XI.
En el s. XVII, se incendió este mercado y se decidió la construcción de la actual Plaza Mayor. Su arquitectura apenas ha sufrido modificaciones desde entonces, por lo que es una plaza muy armoniosa en su estilo.
En un lugar prominente de la Plaza Mayor se encuentra el viejo Ayuntamiento, que se construyó adosado al ábside de la antigua iglesia. La plaza siguió funcionando como mercado y centro neurálgico de la vida política y social de la ciudad, donde se celebraban todo tipo de eventos públicos.
Todos los miércoles y los sábados se sigue celebrando un mercado, que incluye puestos de agricultores y productores de embutidos y quesos de la región.
Por las tardes y noches, es ahora uno de los lugares preferidos para las despedidas de soltero, para las que León se ha convertido en una ciudad increíblemente popular, ya que en muchos bares del Barrio Húmedo les prohíben la entrada.
La Plaza Mayor se encuentra curiosamente en la esquina suroriental de la ciudad antigua, fuera del perímetro de la muralla romana.
Plaza del Grano
La Plaza del Grano es una de las más pintorescas de León, conservando un aspecto medieval a pesar de algunas nuevas construcciones. Como se encuentra ligeramente apartada del meollo turístico de León, aunque a menos de 5 minutos a pie de la Plaza Mayor, en el barrio de San Martín, muchos visitantes la pasan por alto.
En esta plaza se celebraba desde la Edad Media el mercado de cereales. Da a la plaza el ábside de la iglesia de Santa María del Camino (o del Mercado), del s. XI aunque bastante reconstruida. La fuente del centro de la plaza es una alegoría a los dos ríos que confluyen en León (a las afueras de la ciudad): Bernesga y Torío.
Comer en León
Qué comer: productos típicos de León
León es un gran destino gastronómico y del tapeo. En León, los bares acostumbran a ofrecer tapa gratis con la bebida. Normalmente, te dan a elegir entre varias tapas que escriben en una pizarra para que sepas lo que puedes pedir.
Una de las tapas más típicas de León son las patatas fritas (cortadas finas, como chips, pero caseras) con salsa picante. Pero hay tapas de todo tipo, clásicas y más modernas, especialidades de la casa, e incluso guisos en forma de tapa como unas sopas de ajo.
Cuando le hablas de comer en León a un español, normalmente lo primero que se le viene a la cabeza es la morcilla. A diferencia de su “rival” de Burgos, con arroz, la morcilla de León se elabora únicamente con sangre de cerdo, un poco de grasa y cebolla y especias. Como es una morcilla especialmente blanda se fríe ya fuera de la tripa. Reconocemos que nos gusta más la morcilla de Burgos, pero la de León es también muy buena.
Después te contaremos dónde comer la mejor morcilla en León y dónde comprar buena morcilla artesanal para hacértela en casa cuando la eches de menos.
La provincia de León es famosa por sus embutidos en general, probablemente los mejores embutidos no ibéricos que puedes encontrar. El chorizo tanto fresco como curado es de gran calidad, y con la carne sin embutir se prepara el rico picadillo, que podrás encontrar en cualquier taberna.
Pero lo más típico es la cecina de León (IGP). Habitualmente la cecina se elabora con carne curada de vaca, pero también la hacen con carne de otros animales. Es especialmente apreciada la cecina de chivo, también con IGP Cecina de Vegacervera.
Otro producto muy típico pero mucho menos famoso fuera de León es la lengua curada de vaca. Se corta muy fina y mantiene la típica textura de la lengua, con un sabor suave.
Una ración muy típica son las mollejas de ternera, normalmente en salsa de tomate. No son como las mollejas de cordero lechal a la plancha (que nos encantan), pero merece mucho la pena probarlas.
La provincia de León ofrece también legumbres de gran calidad: garbanzos pico pardal de Astorga (con los que se prepara el cocido maragato, que se come en orden inverso) y las lentejas y alubias de La Bañeza.
También son bastante más habituales que en otras regiones de España las ancas de ranas en temporada.
Nos sorprendió gratamente el vino de uva Prieto Picudo D.O. Tierra de León, que sinceramente no conocíamos antes de nuestra visita a León.
El tinto está muy bueno, pero en León es habitual pedir clarete un tipo de vino mezcla de uva tinta y blanca, elaborado con hollejos como un tinto, que ha sido injustamente denostado. ¡Te recomendamos que lo pruebes!
Vinos y tapas en el Barrio Húmedo
El Barrio Húmedo es un conjunto de calles estrechas y sinuosas de trazado medieval al sur de la Calle Ancha. Se agrupa alrededor de la Plaza de San Martín (para muchos conocida como plaza del Húmedo), muy cerca de la Plaza Mayor.
En la plaza del Húmedo hay una gran cantidad de restaurantes, pero muchas de las tabernas más míticas están en las callejuelas.
1. La Bicha (Plaza de San Martín, 5)
En León comerás buena morcilla local en cualquier sitio. Pero muchos autóctonos dicen que la mejor morcilla se sirve en La Bicha, en la misma Plaza de San Martín. Si los documentales de comida de Netflix no se limitaran a visitar las grandes ciudades y se dignaran a ir a ciudades como León, La Bicha sería una de las estrellas del programa.
En este local solo se cocina morcilla a la plancha, servida con pan pasado por la pancha con un chorrín de aceite. En realidad, también hay chorizo de tapa y bocadillos, pero todo el mundo va a por su morcilla. Y siempre está lleno.
Por si eso no fuera suficiente, el dueño-cocinero-camarero es un tipo muy peculiar. Leonés y muy orgulloso de serlo, ya avisa de que no sirve cosas de fuera (nada de Rioja ni Ribera), todo “km. 0”, y mientras cocina la morcilla se va quejando de todo lo no le gusta a su alrededor. Además, cuando hay demasiada gente en el local, no deja entrar a nadie más, y va advirtiendo de ello.
De los muchos sitios del barrio húmedo solo pudimos probar algunos.
2. Rincón del Gaucho (Azabachería, 6): en está mítica taberna del Húmedo tienen unas patatas con picadillo o con morcilla muy ricas, pero lo más curioso es que sirven sopas de ajo como tapa en un pequeño cuenco de barro.
3. Bar Flechazo (calle Platerías esq. Escalerilla) es conocido por servir una de las mejores tapas de patatas de León.
4. La Rinconada (Conde Rebolledo, 1, frente al Mercado Conde Luna): si quieres probar la cecina de chivo, ve a La Rinconada. Además, tienen una terraza amplia, no tan habitual en el húmedo.
5. El Besugo (Azabachería, 10): restaurante con opción de tapeo nocturno. Sirven ancas de rana, además de muchas raciones contundentes.
Si vas un fin de semana por la noche al barrio húmedo, ¡te costará encontrar sitio! Al menos, la gente se mueve bastante porque suele tomar un vino en cada sitio… Buscando una mesa libre acabamos en:
6. Pecado Devino (Plaza de San Martín, 12, esquina C. Plegarias): buen restaurante con una amplia selección de vino y buenas tapas.
Barrio Romántico
El Barrio Romántico, al norte de la Calle Ancha, es una zona de bares más nueva pero que ya se ha convertido en un clásico. El Barrio Romántico está también lleno de bares de vinos, tabernas y restaurantes, pero aquí hay algo más de espacio y más terrazas.
La ruta de bares comienza por la calle Cervantes, en la que se encuentra un clásico como el Camarote Madrid y llega a la Plaza Torres de Omaña, repartida entre las terrazas de los distintos bares, normalmente bastante llenas. Allí tomamos un vino en Taberna Pajarín, con una rica morcilla. Hay tapa gratis, pero no te dejan elegir.
La Trébede es célebre por su tapa de picadillo con patatas. Al otro lado de la plaza, continuando hacia la muralla, se encuentra La Ribera (Fernando, G. Regueral, 8), uno de los bares más preferidos por los leoneses en la zona, donde sirven clásicas raciones como croquetas, oreja o mejillones.
Para tomar un café o una cerveza, El Patio es un lugar muy agradable. Su terraza con plantas y sombra se agradece mucho en verano.
Kamín
Por cambiar un poco, un día decidimos probar Kamín, un restaurante de cocina moderna con menús degustación (rollo estrella Michelín, pero como cierran dos días a la semana no la podrán tener). Se encuentra en la Calle Regidores, entre la Calle Ancha y el Mercado del Conde Luna.
Como lo decidimos en el día, ya no se podía reservar en mesa, así que comimos en la barra, a la carta, observando la cocina. ¡Una experiencia muy interesante!
Todo lo que comimos estaba buenísimo. Comenzamos con un paté de morcilla, pimiento encurtido y merengue de patata; ostra con leche de tigre; crema de tomate y ventresca; y una de las estrellas del menú: huevo bomba con ketchup de piquillo.
Los principales tampoco nos defraudaron: berenjena y molleja, foie con infusión de ciruela y té ahumado y chipirón con oreja crujiente. El postre de fresas pasificadas, limón y yogur fue el que más nos gustó.
Evidentemente, no acabamos con el estómago inflado como en el típico mesón de carnes, pero no nos salió más caro y comimos algo muy especial, innovador pero con apego a la tierra.
Dónde comprar morcilla en León
A veces pensamos que podemos encontrar de todo en nuestra ciudad, pero es muy difícil comprar verdaderas morcillas de León, como las que sirven allí, fuera de la región. Por eso, igual que si vamos a Burgos, queríamos traer morcillas de León de vuelta a Madrid.
Puedes encontrarlas en muchas tiendas, pero a nosotros nos recomendaron comprar las de Suárez en su tienda del Mercado municipal de Conde Luna. Es su propio producto, elaborado de forma artesanal
Alrededores de León
Alrededor de León hay muchos lugares interesantes para visitar, pero te recomendamos que vayas a Astorga, a 50 km al Oeste (unos 35 minutos for la AP-71)
Astorga es famosa por su cecina, sus mantecados y hojaldres y por el cocido maragato, que se come al revés que en otros sitios: primero la carne, después los garbanzos y la verdura y por último la sopa.
Pero Astorga no es solo famosa por su cocina, sino también por el Palacio Episcopal de Antoni Gaudí (una visita más interesante que la Casa Botines de León) y la imponente Catedral de Astorga, que muestra la evolución del gótico al renacimiento y el magnífico barroco de su portada. Palacio y Catedral se encuentran frente a frente, muy cerca de la muralla de origen romano, hoy fundamentalmente medieval.
Otro lugar muy recomendable es la Cueva de Valporquero, 50 km al Norte de León.