Si vas a Gran Canaria no puedes perderte su capital: Las Palmas es probablemente la ciudad más bonita de Canarias, con una encantadora arquitectura colonial y una playa urbana kilométrica. Su casco antiguo te recordará a Sevilla y un poco al Caribe.
Este artículo trata únicamente sobre la ciudad de Las Palmas. Si quieres saber qué ver en Gran Canaria, sigue este enlace para ver nuestra ruta en Gran Canaria.
Un poco de historia
El Real de las Tres Palmas, origen de la actual ciudad, se fundó en 1478 durante la conquista castellana de la isla. Este campamento fortificado se fue desarrollando para dar lugar al barrio de Vegueta, la antigua ciudad colonial de Las Palmas. Este forma, junto con Triana, el centro histórico de la ciudad.
Unos kilómetros al Norte hay otra zona interesante de la ciudad: la Playa de las Canteras, el Puerto de Las Palmas y La Isleta, una península rocosa donde se construyó un fuerte para defender la ciudad de los corsarios ingleses y holandeses.
Desde su fundación, Las Palmas funcionó como capital del archipiélago y parada fundamental de los viajes entre España y América. En Vegueta se establecieron las principales instituciones políticas y religiosas de Canarias. Poco después, se creó el barrio de Triana al otro lado del barranco de Guiniguada.
Las Canarias desarrollaron su propio comercio con América y también con Inglaterra de forma bastante autónoma de la Península. De hecho, quedaron exentos del monopolio de la Casa de Contratación de Sevilla.
La población de Las Palmas se triplicó entre 1940 y 1970. Esto hizo que se urbanizara todo el espacio entre el centro histórico y La Isleta… Lo malo es que se hizo con poco gusto arquitectónico.
Ha habido históricamente una gran rivalidad entre las élites de Gran Canaria y Tenerife y por eso actualmente la Comunidad Autónoma de Canarias tiene capital compartida entre Las Palmas y Santa Cruz de Tenerife.
Vegueta
Vegueta, el origen de Las Palmas, es un barrio encantador de arquitectura colonial. Sus calles te invitarán a perderte por ellas y a veces te harán creer que estás en alguna ciudad caribeña. Si solo dispones de un par de horas en Las Palmas, te recomendamos pasarlas aquí. Puedes seguir esta ruta para ver las cosas más importantes del barrio.
Podemos comenzar la visita por la calle Armas, por la que se llega a la Ermita de San Antonio Abad, en la plaza del mismo nombre (1).
En la ermita primitiva, Colón rezó antes de partir a América, durante su estancia en Gran Canaria mientras se reparaba La Pinta. Desde entonces, la isla se convirtió en lugar de parada en los viajes a América.
La ermita actual se construyó en el mismo lugar en el s. XVIII.
En esta zona fue donde se fundó el Real de Las Palmas, así que estas fueron las calles que conoció Colón durante su estancia en la ciudad.
De la Plaza de San Antonio Abad sale la Calle de Colón, en la que se encuentra la parte trasera de la Casa de Colón (A), por donde se accede al museo. Se trata de una casona del s. XVI que ha ido integrando varias construcciones. Se dice que una de ellas es la Casa del Gobernador en la cual Colón se alojó para pedir ayuda para la reparación de su nave.
Parece más leyenda que historia pero, en cualquier caso, en esta casa se ha creado un museo sobre los viajes de Colón a América y las relaciones entre Canarias y el “nuevo continente”.
La casa es además un gran ejemplo de la arquitectura canaria del s. XVI, aunque profusamente restaurada a partir de los años 1950, con tres patios canarios.
La entrada al museo cuesta 4 € y abre todos los días de 10:00 a 18:00 (domingos hasta las 15:00).
Si decides visitar la Casa de Colón, saldrás por su puerta principal, en la Plaza del Pilar Nuevo (2). Esta es la fachada más bonita de la casa, con su balcón y su puerta decorada. En la fuente de esta plaza, que aún se conserva, iban a recoger agua y a reunirse las mujeres de Vegueta.
En esta plaza se encuentra la parte trasera de la Catedral de Santa Ana (3), que fue Catedral de todo el archipiélago hasta la creación de la diócesis de San Cristóbal de La Laguna (Tenerife) en 1819.
Se considera el máximo exponente de la arquitectura religiosa canaria. Se comenzó a construir en 1497 y se llevó a cabo durante todo el s. XVI.
Después, a finales del s. XVIII se decidió acometer una ampliación que duró más de un siglo. Por ello, en su arquitectura se mezclan varios estilos, desde el gótico tardío hasta el neoclásico.
Por 1,50 € puedes subir a la torre derecha de la catedral. Primero, un ascensor te lleva hasta la parte superior de la fachada. Desde aquí puedes disfrutar de una vista frontal de la Plaza de Santa Ana.
Después, puedes subir por una corta escalera de caracol hasta lo alto de la torre, desde donde puedes disfrutar de una vista panorámica a mayor altura de la ciudad, sus colinas, el mar y del hermoso tejado blanco de la catedral.
Una vez hayas bajado de la torre, merece la pena entrar a ver la Catedral. La entrada vale 3 € e incluye el Museo Diocesano. Se entra por el patio de los naranjos, nombre que os recordará instantáneamente a Sevilla.
Según explican, además de la relación especial que tuvieron las dos ciudades, la diócesis de Canarias dependía entonces de la archidiócesis de Sevilla, por lo que parece que en la ampliación de la catedral en el s. XVIII decidieron darle un toque sevillano al edificio. En realidad, lo que más destaca hoy en día en el patio de los naranjos canario es una gran palmera.
El interior de la catedral conserva el gótico tardío original. La decoración es escasa y no muy interesante, debido a que los holandeses saquearon e incendiaron la ciudad después de tomarla durante unos días en 1599. Afortunadamente, el edificio resistió pero se perdieron las obras de arte originales.
La fachada principal de la Catedral da a la Plaza de Santa Ana (4). Esta es la primera plaza mayor planificada de España, en un esquema que se repetiría en muchas ciudades americanas.
En ella se encuentran los principales edificios administrativos y religiosos de la ciudad y el archipiélago: las casas consistoriales, el archivo histórico, el Tribunal Superior de Justicia y la Catedral.
En esta plaza, frente a la fachada de la catedral, hay un grupo escultórico que homenajea a los perros que dieron su nombre a la isla (los romanos la llamaron Canaria, “tierra de canes”) y, posteriormente, a todo el archipiélago.
Después, camina por detrás de las casas consistoriales hasta la Plaza del Espíritu Santo (5): con una fuente cubierta (una rareza e España) rodeada de árboles tropicales, parece sacada de una novela de García Márquez.
Volviendo dirección al mar por la calle Dr. Chil verás primero la Iglesia de San Francisco de Borja, mitad negra y mitad blanca y llegarás a la Plaza de San Agustín (6), otro de los espacios más característicos de Vegueta.
Aquí se encuentra la Parroquia de San Agustín, la iglesia más antigua de Las Palmas. Junto a ella, el convento agustino del s. XVII, expropiado durante la Desamortización de Mendizábal y hoy sede del Tribunal Superior de Justicia de Canarias.
Después, callejea hacia el Norte hasta llegar a la calle Mendizábal (7), centro del tapeo de Vegueta junto con la calle Pelota. Cada jueves se celebra la ruta de los pinchos, en la que te dan un pincho gratis por tu consumición.
En estas calles hay muchos bares de tapas, restaurantes tradicionales y también modernos y creativos. Nosotros probamos dos clásicos que nos gustaron mucho, cada uno a su manera.
Al final de la calle Mendizábal, puedes entrar por la calle Pelota al Mercado de Vegueta (8), donde termina nuestro paseo por el barrio.
El mercado se abrió en 1861 y en él puedes comprar frutas tropicales de las islas que no encontrarás con tanto sabor en la Península, además de quesos canarios y todo tipo de alimentos.
Además, si vas en coche, el aparcamiento del mercado es un buen sitio para aparcarlo.
Museos en Vegueta
Además de la mencionada Casa de Colón, en Vegueta puedes visitar el Museo Canario, museo arqueológico donde podrás aprender más sobre los habitantes prehispánicos del archipiélago. La entrada cuesta 5 € y abre L-V 10:00 a 20:00 y S-D y festivos hasta las 14:00.
Este museo posee una reproducción de la Cueva Pintada de Gáldar, el yacimiento arqueológico más importante de Gran Canaria que visitamos durante nuestro viaje en la isla.
También puedes visitar el Centro Atlántico de Arte Moderno (CAAM), que tiene su sede en la calle de los Balcones y una sala de exposiciones en la Plaza de San Antonio Abad, que visitamos al inicio del recorrido. La entrada a todas las exposiciones es gratuita (M-S 10:00-21:00, D 10:00-14:00)
Triana
Al otro lado del mercado de Vegueta, cruzando lo que antaño fue el barranco del Guiniguada y ahora una carretera de 4 carriles para salir de la ciudad, se encuentra Triana, el otro barrio histórico de Las Palmas.
El barrio de Triana, que toma su nombre del de Sevilla, se comenzó a construir poco después de la fundación de la ciudad. El barrio se configura según una serie de calles paralelas, la mayoría de ellas peatonales, y es muy diferente de Vegueta.
Triana ha sido desde sus orígenes el barrio comercial más importante de la ciudad. La Calle Mayor de Triana, bulliciosa y repleta de tiendas de moda, contrasta con la tranquilidad que se respira en la mayor parte de Vegueta.
Al cruzar desde Vegueta, lo primero que verás es el Teatro Pérez Galdós (1). Sigue caminando y adéntrate en Triana.
- Teatro Pérez Galdós
- Calle Mayor de Triana (Calle Triana)
- Parque de San Telmo
- Palacete Rodríguez Quegles
- Casa Natal de Benito Pérez Galdós
- Gabinete Literario
Lo primero que debes hacer en Triana es pasear por su animada Calle Mayor, también llamada Calle de Triana (2). De esta manera podrás palpar el ambiente animado de la ciudad y, si te apetece, ir de compras.
Llega hasta el Parque de San Telmo (3), donde termina el barrio. No te pierdas el quiosco modernista del parque, decorado con azulejos de Valencia.
La arquitectura de Triana es también muy distinta a la de Vegueta: no hay una continuidad en el estilo, sino que mezcla edificios de distintas épocas y estilos, desde unas pocas casas coloniales hasta algunos anodinos edificios modernos.
Sin duda, los más interesantes son los edificios y palacetes modernistas, estilo que se desarrolló bastante en Triana desde el influjo de Barcelona.
No te quedes en la calle Mayor, porque de hecho los edificios más singulares se encuentran en otras calles del barrio, especialmente en las calles Pérez Galdós y Cano.
En una de estas calles se encuentra el Palacete Rodríguez Quegles (4), de estilo modernista. Es una pena que esté en una calle tan estrecha que no permite una buena visión del edificio.
En la calle Cano, se encuentra la casa donde nació Benito Pérez Galdós (5), uno de los mejores novelistas españoles, en 1843 (aunque es cierto que desarrolló casi toda su carrera en Madrid). Ha sido habilitada como la Casa-Museo Pérez Galdós.
Desde la casa de Galdós, toma la calle Malteses a la derecha para llegar a la sede del Gabinete Literario (6), el primer edificio modernista que se construyó en Las Palmas, estilo que, como hemos visto, fue muy importante en el barrio de Triana.
Playa de las Canteras
La Playa de las Canteras es la playa urbana más importante de Las Palmas, muy querida por los autóctonos. Tiene unos 3 km de longitud y se encuentra en la costa occidental del istmo que une La Isleta con el resto de Gran Canaria.
Esta playa está a unos 4 km de Triana, demasiado lejos para ir andando, y tampoco hay nada de gran interés de camino. Sin duda, se trata de una de las mejores playas de Gran Canaria y una de las mejores playas urbanas de España. En este artículo te contamos más sobre la Playa de las Canteras y otras maravillosas playas de Gran Canaria.
Debes tener en cuenta que en Las Palmas muchas veces el cielo está nublado: las montañas del centro de la isla frenan las nubes y mientras el Sur está casi siempre soleado, la capital muchas veces está cubierta de nubes, sobre todo en verano. Los locales lo llaman “panza de burro”. Lo bueno es que la temperatura se mantiene durante todo el año en torno a los 23 ºC.
Es una lástima que los barrios que dan a la Playa de las Canteras tienen una arquitectura muy anodina: son viviendas de la época de gran crecimiento de la ciudad y unos cuantos hoteles construidos al inicio del boom turístico de sol y playa.
En realidad las zonas más bonitas de la Playa de las Canteras son los extremos Norte y Sur, así que si no te apetece caminar por toda la playa (un paseo de unos 30 minutos), puedes obviar el centro.
Si no tienes mucho tiempo en Las Palmas, puedes probar este recorrido en taxi y a pie que te permite ver los mejores puntos de la ciudad.
La zona Norte de la playa está protegida de las olas por La Barra, un arrecife volcánico que emerge en la bajamar. En sus inmediaciones puedes ver bastantes peces. Aquí es donde la playa es más ancha y es muy agradable para bañarse o pasear.
En la zona Sur, sin embargo, hay un intenso oleaje por lo que es especialmente bella durante la marea alta en un día de viento.
Aquí se encuentra el Auditorio Alfredo Kraus, que toma su nombre del gran tenor, hijo de Las Palmas. Es probablemente el edificio moderno más interesante de Las Palmas.
Fue construido en los años 90 por el arquitecto barcelonés Óscar Tusquets y una de sus particularidades es que tiene un gran ventanal que permite la vista del Océano Atlántico desde las butacas de su sala sinfónica mientras se disfruta de un concierto.
A mucha gente en Las Palmas no le acaba de gustar el auditorio porque no es tan espectacular como el de Santa Cruz de Tenerife, construido por Calatrava. Esas rivalidades…
Pero a nosotros, considerado por sí solo, nos gusta. Tiene una arquitectura muy curiosa que recuerda un poco a Marruecos y además está en un entorno hermoso.
Comer en Las Palmas de Gran Canaria
Las Palmas es un buen sitio para degustar la cocina canaria y española, con interesantes propuestas modernas y de fusión.
La oferta gastronómica de la capital grancanaria tiene la ventaja de estar orientada a la población local y, por tanto, podrás comer mejor y por menos dinero que en el Sur y sin tener que preocuparte por acabar en un restaurante para guiris.
Os vamos a hablar de tres sitios que probamos durante nuestro viaje y nos parecen muy recomendables.
Triciclo (Vegueta)
Nuestra primera comida en Las Palmas fue en Triciclo (C/ Pelota, 12), uno de los restaurantes modernos más famosos de Vegueta, en plena calle Pelota. Tuvimos suerte de encontrar una mesa sin reserva previa.
Los platos de Triciclo mezclan la cocina canaria y española moderna con importantes influencias asiáticas. Nosotros empezamos con unas Bombitas de la Barceloneta, su versión de la clásica tapa de Barcelona.
Las papas con mojo son un plato que comimos varias veces en nuestro viaje, pero las de Triciclo fueron claramente las mejores: papa negra, que no es fácil de encontrar, con unos riquísimos mojos verde de pistacho y rojo de tomate seco.
En los segundos platos es donde se encuentra el mayor influjo oriental, como en el curry de gambones y pescado o la pluma ibérica estilo balinés con nasi goreng (receta malaya e indonesia de arroz frito un poco dulce) de trigo inflado con huevo frito.
La Champiñonería (Vegueta)
La Champiñonería (C/ Mendizábal, 30) es uno de los clásicos sitios de tapeo de la calle Mendizábal que nos habían recomendado.
Como es de esperar, tiene una carta especializada en champiñones, con unas 15 recetas diferentes de champiñones y setas, salteados o en salsa.
Nos atrevimos con los champiñones rellenos de pollo con un toque de curry y estragón y los rollitos de la casa (con carne y champiñón picado) y estaban deliciosos. Es desde luego un sitio que hay que probar si vas de tapas por Vegueta.
Restaurante Fuji
El Fuji (C/ Fernando Guanarteme, 56) es el restaurante japonés más antiguo de España así que pensamos que merece una visita.
Lo abrió un chef japonés en 1967 aprovechando la gran cantidad de barcos japoneses que llegaban al puerto de Las Palmas. Ahora ha tomado las riendas un cocinero español que ha trabajado durante años con el fundador.
Es un sitio muy popular en Las Palmas, por lo que es imprescindible reservar. Lo malo es que hacen turnos tanto de comida como de cena y si te pasas de tiempo, te invitan a terminar y levantarte rápidamente.
Tienen varias especialidades basadas en atún, como el tataki o el carpaccio de atún con manga (un guiño canario) y mucha trufa. Además de los sushis y makis clásicos, hay sushis especiales que se piden por unidades, incluyendo alguno que parece fusión vasco-japonesa como el de foie o el de huevo de codorniz con trufa.
Aquí terminamos nuestro viaje por Las Palmas. Una ciudad muy interesante, cuya arquitectura y gastronomía son una mezcla particular de las diferentes culturas que han pasado por ella.
Si estás pensando en visitar la isla, mira también nuestra ruta en Gran Canaria.